Las aguas de la cuenca del Duero contienen diez sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal humano y animal, y de estos disruptores endocrinos ocho no están autorizados por la Unión Europea. Así lo indica un estudio, que firma Ecologistas en Acción, que arroja la existencia de 12 plaguicidas en las aguas del río, dos de ellos algo más inofensivos.

El herbicida prohibido "isoproturón" es la sustancia que se ha observado con mayor frecuencia y concentración. Se utiliza para el control selectivo de gramíneas y malezas de hoja ancha desde los años 50 en cultivos de patata, maíz, verdura, frutales y arbustos ornamentales, y su vida media en suelos oscila entre los 30 y 70 días.

El informe "Ríos hormonados" se ha elaborado con los datos obtenidos por los programas de vigilancia de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que, según la organización verde, "funciona mejor que otras" en este sentido. Así, el "isoproturón" se ha encontrado a lo largo del río en 87 de las 680 mediciones realizadas por la CHD en el año de estudio -2016-, con análisis puntuales que alcanzaron los 2,48 microgramos por litro, cuando el máximo permitido, según las Normas de Calidad Ambiental (NCA) es de uno.

"El isoproturón aparece con mucha frecuencia. Podría indicar un uso continuado y masivo, dado que no es una sustancia muy persistente. No podemos decir que haya un uso ilegal, pero los datos conducen a que podría ser por la vida media de su degradación en el suelo", explica a Ical la responsable de Política de Sustancias Químicas de Ecologistas, Dolores Romano.

En todo caso, y aunque se ha encontrado en algunas aguas, en "ninguna detección puntual" elaborada por la CHD "se ha superado la máxima que se permite para estas sustancias", de cuatro microgramos por litro, puntualiza Romano, que explica que existen dos tipos de límite establecido. Por un lado, la media de todas las detecciones que se toman (que en esta ocasión no se ha tenido en cuenta), y la puntual, que "en ningún momento se ha superado". De hecho, de las 680 mediciones realizadas para la "simazina" y la "terbutilazina", solo 15 dieron positivo en la primera y 49 en la segunda, sin superar los 0,2 y 0,12 microgamos por litro, muy lejos de los cuatro de máxima autorizada.

Con todo, el Duero no está entre los ríos con más pesticidas y plaguicidas detectados. En el Júcar se han encontrado restos de 34 sustancias diferentes, 21 en el Ebro, 17 en los ríos vascos, 15 en el Tajo y trece en el Miño. Por debajo están Segura, Guadiana, los ríos de la costa gallega y los del Cantábrico.