El cómico David Guapo actúa mañana sábado a las 21.00 horas en el Teatro Ramos Carrión.

—¿Qué hay detrás del espectáculo «Que no nos frunjan la fiesta»?

—Es un título que engloba el sentido del espectáculo y la gira, que no nos fastidien la fiesta sería la traducción literal, que viene a decir que a pesar de todas las malas noticias siempre hay que seguir riendo e intentar ser felices. Las temáticas en este espectáculo son muy variadas, desde tecnología, publicidad, infancia, parejas... siempre desde un punto de vista irónico y con un lenguaje muy familiar. La música no falta nunca. Siempre llevo mi guitarra encima, por lo que pase y lo que pueda pasar. (Risas).

—Con esta propuesta lleva varios años de gira. ¿Cuál es el secreto para que un show funcione tanto tiempo?

—Pues algo muy básico pero muy difícil a la vez, que la gente ría muchísimo, que salgan del teatro tan contentos que lo tengan que recomendar. Para lograrlo con el humor una de las partes más importantes, para mí, es poder sorprender con material que no esté ni en televisión ni en Internet. Interactuar y poder improvisar para que cada noche sea un espectáculo único, aunque la estructura sea la misma. Siempre hay elementos que lo hacen diferente cada vez.

—¿Qué peso tiene la improvisación en sus trabajos?

—Todo. La mayoría de mi texto ha sido creado en escenarios a partir de la improvisación. Lo que mantiene vivo al espectáculo es su constante cambio.

—¿Cómo se lo ocurrió utilizar por primera vez «frungir» que se ha convertido en un verbo asociado a usted?

—Me lo inventé porque en «El club de la Comedia» no me dejaban decir follar, y esa palabra era una pieza clave en el monólogo de los ex. Esa fue la primera vez que el verbo «frungir» se dio a conocer y desde entonces se han usado en los telediarios, programas de tertulia y otros formatos familiares o emitidos en horario protegido. Recuerdo que coincidió con el caso de la amante de Iñaki Urdangarín, y cuando leían sus cartas filtradas decían «frungir». (Risas).

—Usted empezó como músico, pero en ¿qué momento dio el salto al humor?

—Más que un salto fue una evolución natural. El monólogo tiene mucho ritmo musical y mi música tiene mucho humor. Se complementan bien el uno al otro, es más, no creo que el uno sin el otro pudieran existir en mi caso.

—¿Qué se considera más músico o humorista?

—Ante todo me considero artista. La música y el humor son formas de expresarme. Cada una tiene su momento y su lugar, pero las dos van de la mano. Todo tiene un ritmo en la vida y todo tiene un lado gracioso. Es importante saber apreciar eso para ser feliz, si sigues bien el ritmo, aunque no te guste la música, y tienes predisposición al lado bueno de las cosas, te ríes de las situaciones adversas.

—Usted hace un humor fresco, divertido muy familiar. ¿Qué le ha hecho apostar por este tipo de monólogos?

—En realidad más que una apuesta es sinceridad, yo soy así, tal y como se me ve en el escenario. No tengo un personaje hecho, no siento que estoy actuando, en mi día a día, soy igual de fresco, divertido y familiar.

—Usted atesora unos años de profesión. ¿Qué funciona siempre en todos los escenarios?

—Lo que funciona siempre es ser tú mismo, no forzar y dejar que fluya, no llevar nada demasiado cerrado porque nunca sabes cómo va a funcionar. El panorama es bastante cíclico y ahora vivimos en una etapa de piel muy fina. Mucha gente tiene una predisposición errónea a la indignación, pero eso no debería ser un problema. Si la intención no es ofender y honestamente lo único que se quiere es entretener y hacer reír, ese es el único mensaje que debería llegar. Ahí está nuestra responsabilidad como artistas, transmitir el mensaje de la forma más clara posible.

—Ha trabajado con Eva Hache, Pablo Motos o Buenafuente, entre otros presentadores. ¿Qué ha supuesto para usted?

—Ha sido un gran aprendizaje trabajar con los mejores y más mediáticos de este país. Te da una buena perspectiva de lo que quieres y de lo que no quieres en tu carrera. Me gustaría mucho volver a trabajar con Álvaro Díaz, el director de «Señor dame paciencia», y con Santiago Segura porque lo he pasado muy bien en el cine. Si fuese para televisión, más que trabajar para alguien me gustaría ser yo el jefe. (Risas).

—¿Qué proyectos tiene para los próximos meses?

—Los más inmediatos seguir con la gira de teatros y grabar la segunda parte de la película «Señor dame paciencia».