"En ocasiones, la risa alivia más que un Nolotil. Y desde luego, un Nolotil administrado con una sonrisa. El enfermero Héctor Castiñeira ha conseguido convertir en "best seller" la realidad de los hospitales con las andanzas de Satu, la enfermera saturada, que ayer presentó en Zamora.

-¿Cuál es el secreto de Satu?

-Creé el personaje en 2012 y en ningún momento pensé siquiera publicar un libro y mucho menos ir por el cuarto. Fue una evolución natural. Empecé en redes sociales, pasé a un blog y luego me dije: realmente esto da para un libro. Seguro que es lo mismo que ha pensado mucha gente con anécdotas de su profesión.

- Pero usted lo escribió.

-El problema no fue escribir el primer libro, "La vida es suero", sino conseguir una editorial, porque ninguna apostaba por el formato: tratar algo tan serio como la salud con humor. Opté por la autopublicación, gracias a los enfermeros, enfermeras y estudiantes el libro llegó a las listas de más vendidos de Amazon y entonces las editoriales sí se fijaron en el libro.

-¿Quién es Satu?

-La enfermera protagonista de todas las historias que cuento, con la que se identifican los enfermeros y enfermeras porque al final podría ser cualquier profesional de este país que sufre la precariedad laboral, los recortes e incluso, también como mujer, tratar de conciliar la vida laboral y familiar que muchas veces es tan complicado.

- ¿Siempre sigue la misma línea?

-Si, contar el día a día de la profesión poniéndole humor porque me parece muy importante llevar ese humor a las habitaciones de los hospitales. Ya bastante tiene el paciente con estar allí pasando un mal momento y si alguien entra en la habitación con una sonrisa nos beneficia a nosotros y también al enfermo. ya de estar allí, hacérselo pasar lo más agradable posible. Satu es cualquier enfermera de este país.

-Cuéntenos alguna situación curiosa.

-Por ejemplo, como la gente llega muy nerviosa se dan todo tipo de situaciones curiosas, incluso cómicas. Hace poco unos padres vinieron con un niño de cuatro días de vida a urgencias porque el niño había estornudado. Les dijimos que era normal, pero ellos creían que era muy pequeño para estornudar. "Y tose también, esas funciones ya las trae". Cualquiera que haya estado ingresado de acompañante se va a sentir identificado con situaciones como esa la del paciente con el camisón abierto por detrás y agarrado a un gotero y que dice, madre mía, qué camisón me han dado, dame otro que me tape por la espalda. O con las burbujitas de aire que aparecen a veces en el suero, con las que la gente se agobia, este tipo de anécdotas.

- "Las uvis de la ira", "La vida es suero", "El tiempo entre suturas". También hace falta ingenio para buscar estos títulos.

-Me fijo en obras famosas, les doy una vuelta y me las traigo al mundo sanitario, siempre que tengan que ver con el libro. Por ejemplo el último, "Suero de una noche de verano", se llama así porque está ambientado en un contrato de verano, que son un poco como nuestro sueño, porque tienes una estabilidad durante algunos meses.

- A pesar de la precariedad, ¿sigue haciendo falta vocación para ser enfermero?

-Si, porque si no habría muchas cosas que no soportaríamos, como trabajar a turnos o en Nochebuena no poder estar con tu familia por cuidar a otra gente.

- ¿Qué les recomendaría a los estudiantes?

-Que no se centren solo en las bolsas de empleo de los hospitales, porque hay mucho campo; hasta en El Corte Inglés hay enfermeras trabajando.