el flamenco, el universal arte, demuestra una vez más que también sirve para hermanar grupos humanos procedentes de lugares dispersos en nuestro país. Las peñas madrileñas son el resultado de la simbiosis flamenca que eclosiona consecuente a la emigración, uniendo a regiones con diversas peculiaridades en el área metropolitana de Madrid. Este es el caso de la significada Peña Flamenca de Alcorcón, portadora del sobrenombre Salmerón "La Uvita", la que nos ha visitado, atraídos por el flamenco, y aprovechando este nexo, poder descubrir una ciudad y provincia de enorme riqueza patrimonial y paisajística.

Esta es la sexta visita de peñas que nos cabe el honor de recibir en los últimos años. "El Tronío" de Alcalá de Henares, abrió brecha. Siguió la "Fosforito" de Vallecas, una de las decanas, junto con la nuestra, del orbe jondo. La Peña de Álora (Málaga) y, finalmente, la conocida y clásica de Jerez "Los Cernícalos", que lo hace en dos ocasiones. A todas ellas hay que añadir la peña ahijada de la zamorana, la de Chiclana de La Frontera, que como homenaje a la nuestra usa la denominación "Amigos del Cante". En todos los casos han sido varias decenas de personas los desplazados. En fin, todo esto supone un motivo de orgullo y nos marca senda para seguir en la brecha de la cultura musical zamorana.

El intercambio flamenco resultó perfecto. Saludos y agasajos institucionales a cargo de los presidentes, Santiago García por Zamora y Paco Carrasco por Alcorcón. Alfonso Salmerón, institución viva de la segunda edad de oro del flamenco, que además, como ya he dicho, da nombre a esta venerable peña, le impone a Santiago la insignia de honor de la asociación alcorconera, primera entregan que hacen desde su creación. Rafael Liaño, junto con nuestro Eduardo Abril, coordinan el sustancioso acto.

Empieza la noche el joven tocaor zamorano Marcos Mateos, "Entre dos aguas" de Paco de Lucía. Inicio perfecto para abrir boca.

Enseguida llega el momento cumbre de la velada. Silencio y respeto absoluto. Alfonso Salmerón, acompañado del maestro del toque Rafael Andújar, desgranan alegrías, romera, cantiñas y de nuevo alegrías. Fue tal el impacto del numerosísimo público, la sede estaba llena a rebosar, que el querido Alfonso se vio obligado a interpretar otro cante, "para todas las mujeres", guajira. Aplausos a raudales.

Vuelve el turno de los zamoranos, y quién mejor que el León del Pego. Clemen Valle marca territorio flamenco con cantes por soleá. La gran novedad estuvo en ser acompañado por un guitarrista de máximo nivel, Rafael Andujar. Casi nada.

Rafael Liaño, gran cantaor, mejor peñista y excelente persona, desgrana garrotín con la sonanta de Rafael Andujar. Muy aplaudidos.

Enrique de La Juana y Adolfo Jiménez, nuestros gitanos de cabecera, interpretan soleares, claramente personales, como los caracteriza, bulerías y fandangos. Aplausos prolongados.

Paco Carrasco con la guitarra de Antonio Alcalá, sigue con una excelsa muestra de soleares de Alcalá. Preciosas y perfectas.

Nuevo turno para la Peña zamorana. Yoli de Jesús, con la sonanta de nuestro versado tocaor, Miguel El Churre, interpretan tientos con final de tangos, además de soleares. Actuación apoteósica y perfectamente aplaudida. Descaso que se aprovecha para degustar las ricas viandas zamoranas. De manera especial el hornazo de Bermillo de Sayago. Todo exquisito.

Eduardo Abril llama a arrebato. La segunda parte está abierta. Miguelín Picarrico, con la bajañí de Rafael Andujar, por expreso deseo de nuestro estimado peñista, interpreta canción por bulerías de Manuel Molina. Momento emotivo y sublime de la noche. El toresano Picarrico Chico es un auténtico emblema de nuestra peña, por eso fue tan copiosamente aplaudido.

Vuelve Enrique de La Juana en una actuación experimental con el toque de Miguel el de Moraleja, para ejecutar cante por seguiriyas. Muy bien. Retoma su propia guitarra el mago Adolfo Jiménez para rematar por bulerías. Queda más.

José Cubero y Antonio de Alcalá interpretaron granaina. Cante y toque perfecto. La media y la grande. Muchísimos aplausos.

Turno zamorano. Vicente Campanero de Gema con la maestría del Churre desgranan seguiriyas. Más aplausos.

Cierra la memorable velada Paquito El de Los Tordos y Antonio de Alcalá, con malagueña de La Peñaranda, magistralmente coronada con verdiales siguiendo la estela de Camarón. Ovación cerrada, a ellos, y a todo el acto.

Llegó el final. Después de cinco horas de convivencia e intercambios flamencos de máximo nivel, nos despedimos. Todos satisfechos de verdad, haciendo votos para el reencuentro. No queda más que desearle una feliz estancia en nuestra capital y provincia y buen regreso a su lugar de origen.