"Zamora no es un centro de concentración para el botellón". Con esta premisa, los vecinos del Casco Histórico pretenden, con la colaboración del Ayuntamiento, disuadir a personas de fuera de la capital a acercarse durante la noche del Jueves Santo al parque de San Martín. "Es gente a la que no le importa ni la ciudad ni la Semana Santa; si desde un principio les avisamos de que van a salir de aquí con una multa, poco a poco dejarán de venir", asegura la presidenta de la asociación del barrio, Carmen Núñez. Para los afectados, el asunto no está en la capital, "cuyos ciudadanos ya saben lo que hay esa noche". El problema está precisamente en quienes vienen únicamente esa noche. "Gente que viene a hacer daño y a la que hay que dejar claro aquí no existe la manga ancha", sentencia la presidenta.

El alcalde de la capital, Francisco Guarido, y el teniente de alcalde y concejal de Seguridad Ciudadana, Antidio Fagúndez, se reunieron en la jornada de ayer con una representación de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Zamora (Faveza) para abordar la problemática del botellón del Jueves Santo. El presidente de esta organización, Artemio Pérez, acompañó a Carmen Núñez durante este encuentro para valorar posibilidades de cara a aminorar el impacto de esta concentración. "Estamos esperanzados porque el equipo de Gobierno ha recogido el testigo de nuestra inquietud", explica la presidenta de los vecinos del Casco Histórico. "Les hemos planteado cuál es nuestra opinión sobre lo que se debería hacer y creemos que por fin aplicarán medidas. Iniciativas que van encaminadas a concienciar y disuadir a toda esa gente que viene desde fuera de Zamora para participar en una concentración masiva que se está yendo de las manos", comenta.

El Ayuntamiento de Zamora, asegura la presidenta, se ha comprometido a "poner los medios e informar de que Zamora no es un centro de botellón". Una suerte de campaña que previsiblemente se llevará a cabo a través de las redes sociales. "Confiamos en que el equipo de Gobierno, junto con la Policía Municipal y la Policía Nacional, traten el asunto y encuentren la posibilidad de informar acerca de un evento que es ilegal", expresa Carmen Núñez. "Nosotros no queremos represión ni eliminar el botellón por la fuerza, sino que buscamos disuadir a esas personas y transmitirles que esta ciudad no es un lugar al que pueden venir exclusivamente para el botellón", detalla. "Y es un trabajo que debemos realizar entre todos los zamoranos. El Ayuntamiento, los medios de comunicación y los ciudadanos tienen que comunicarle al resto de la gente que viene de fuera solamente a hacer daño que aquí no vamos a tener manga ancha para permitirles lo que están haciendo", apunta la presidenta.

El equipo de Gobierno ha preferido, por el momento, no ofrecer detalles de las medidas a llevar a cabo hasta que se celebre la Junta Local de Seguridad prevista para los próximos días. No obstante, siempre según la asociación de vecinos del Casco Histórico, sí que se habría comprometido a comenzar una campaña a través de las redes sociales para disuadir a los jóvenes de practicar este botellón.