Las hombres llegan a cobrar cantidades que superan en más de tres mil euros anuales a las percibidas por las mujeres al final de la etapa laboral. Así se desprende de los datos que elabora la Agencia Tributaria tomando como base las declaraciones de la renta de los contribuyentes. Las mayores diferencias se dan entre los 36 y los 55 años, precisamente cuando se consolida la carrera laboral de los trabajadores. En ambos grupos de edad las diferencias entre los sueldos brutos anuales de los trabajadores de uno y otro género llegan a superar los tres mil euros.

Aunque estas cifras son las más elevadas, lo cierto es que las diferencias existen durante toda la etapa laboral, siempre tomando como marco las estadísticas que elabora la Agencia Tributaria. Son, en términos absolutos, más elevadas en las edades más cercanas a la jubilación porque es precisamente ahí cuando los salarios son más altos.

No obstante, si se toman como marco para el análisis las diferencias porcentuales, llama la atención que es en las edades más tempranas cuando más diferencias hay. Incluso en trabajos esporádicos y que suponen unos ingresos realmente bajos, como los que tienen los que se incorporan al mercado laboral, puede verse que los hombres cobran más que las mujeres.

Volviendo a lo que sucede a partir de los 36 años, los sindicatos aseguran que la explicación a esta situación hay que buscarla más en los pluses de actividad y en complementos similares que en el propio salario base. Es un hecho que aún hoy las mujeres optan por puestos a media jornada y parciales en una proporción mayor que los varones para compaginar el trabajo con otras labores, principalmente cuidado de familiares o hijos. Esto hace que los hombres tengan más al alcance los pluses que, a la larga, se convierten en diferencias salariales importantes a favor de los varones.

Además, hay que apuntar que la presencia de mujeres en sectores peor remunerados, como el de la limpieza, es mayoritaria -en Zamora, 900 mujeres por poco más de 20 hombres se dedican a este ramo-. También es un hecho que, en los puestos de dirección, la presencia de hombres es más elevada que la de mujeres.

Los sindicatos centran su lucha en que la igualdad salarial sea, realmente, un hecho. Aunque la presencia de mujeres en los centros universitarios es más importante que la de hombres, los sueldos de uno y otro colectivo todavía están muy distantes, situación que contrasta. Los datos generales hablan de una brecha salarial que llega al 23% en trabajos idénticos, algo que los indicadores provinciales no alcanzan a medir. Estas diferencias también se traducen en prestaciones por desempleo menos cuantiosas y en pensiones más bajas cuando llega la jubilación.