Un ratito a pie y otro caminando. Así fue la jornada sabatina para Alberto Fernández y Ángel Luis García, dos jóvenes salmantinos de 18 y 19 años que decidieron emular la aventura que el padre de un amigo realizó hace treinta años: ir de Salamanca a Zamora andando. Un sencillo reto que se animaron a desafiar en el día de ayer, coincidiendo con el sábado de Carnaval.

Con el mercurio por debajo de los cero grados, a las 07.30 horas de la mañana los dos andarines emprendieron su hazaña desde la Plaza Mayor de Salamanca. Por delante: aproximadamente 63 kilómetros hasta llegar al principal ágora de la capital zamorana. A sus espaldas, ligero equipaje: cantimploras, tiritas, una muda limpia y algún refrigerio para el camino.

Pese a las gélidas temperaturas, el Lorenzo les acompañó en la mayor parte de su periplo por caminos y carreteras secundarias sin apenas tráfico. Tras reponer fuerzas en Peleas de Arriba, los dos peregrinos continuaron su trayecto rumbo a Zamora, donde llegaron a las ocho y cuarto de la tarde dando por cumplida su singular misión.

"Ya teníamos ganas de terminar, aunque teníamos la sensación de estar cerca aún nos quedaba y cada kilómetro se iba notando", reconocía extenuado Alberto. "Aunque los dos somos deportistas, a partir de Corrales se nos hizo más duro porque había como muchas subidas y falsas cimas, además a partir de Morales del Vino se nos hizo de noche", agregaba. Pese a los mínimos contratiempos, ambos se mostraban satisfechos del reto superado tras el periodo de exámenes: "La gente apostaba ni que íbamos a llegar", bromeaban.

Tras pasar la noche en Zamora descansando en casa de un familiar, hoy regresarán a tierras charras aunque eso sí, en autobús. Sus próximos objetivos: la subida al Pico Almanzor en la Sierra de Gredos y un descenso fluvial por Cantabria.