Enmudecido y espantado. Pajares de la Lampreana se quedó ayer "de nieve", helada ante la noticia del brutal asesinato de Lucía y Rafael en su piso de Otxarkoaga, en Bilbao, a golpes y heridos con arma blanca a manos de dos ladrones. Elvira amiga de la fallecida era el fiel reflejo de la desolación de todo un pueblo "consternado, impactado" por la pérdida del matrimonio, de 87 años. "¡Vaya muerte, pobrecillos, cómo han acabado después de toda la vida trabajando", se lamentaba la mujer, aún incrédula ante una noticia que "ha sido un palo de miedo, esa forma de morir..., casi no lo creemos todavía".

Para la familia más cercana "fue terrible" conocer que el crimen que abría los telediarios a las 21.30 horas del jueves era el de Lucía y Rafael. María Teresa Calvo, prima de la fallecida, que escuchaba la televisión con su hermana comentó "¡qué pena, encima de robarles les maten, no se conforman con eso, les quitan la vida". A las 22.00 horas una llamada de e su hija les informaba que las víctimas eran sus primos.

Esa noche "el rum, rum ya estaba por el pueblo, ya rulaba que podían ser ellos". Y la trágica noticia fue ayer, desde bien temprano, el centro de todas las conversaciones, "es muy triste, no se deja de hablar de ellos, los tienes todo el día en la cabeza", agrega la amiga de Lucía, "no tienes ni ganas de hacer nada. Cuando mi hija me llamó esta mañana para decirme que los que aparecieron en las noticias eran ellos me quedé como la nieve", apunta Elvira.

Los vecinos del municipio zamorano siguen "muy conmocionados, impactados, ha sido muy grande el shock" por la pérdida de la hija de José el herrero y de su marido que, aunque era natural de Fuentespreadas (de donde se fue de niño y no conserva familia cercana), casó en Pajares y arraigó allí. Tanto, que los lugareños le consideran uno más, "como si fuera de aquí", "era un matrimonio muy afable y abierto, muy casero, discreto, tenían perrito que sacaban a pasear", describe quien regentó un bar durante años, y vive en frente de la casa en la que se alojaban los dos octogenarios cuando iban al pueblo. Y, al igual que otros vecinos, describe a una pareja modélica, "los dos eran muy de saber estar, muy cariñosos, muy agradables, donde te veían, te saludaban". Lucía era una mujer "muy guapa, le gustaba ir bien vestida siempre", rememora Elvira, la gustaba ir con sus hermanas al bar por las tardes. "El último verano venía mucho con su hermana a la terracita", concreta la mujer que tuvo el establecimiento hostelero.

Los vecinos describen a un matrimonio "con una relación muy intensa con el pueblo, todo el mundo les quiere aquí", donde compraron una casa hace unos tres años para restaurarla y alojarse lo veranos, una cita ineludible en los meses de julio y agosto desde que emigraran en los años 60 a Bilbao.

Fallecida la madre de Lucía, en cuya vivienda se alojaban siempre desde el uno de julio hasta el 31 de agosto, ella y su marido decidieron comprar una casa para disfrutar del pueblo junto a su única hija, su yerno y su nieta, quien mantiene ese fuerte vínculo con Pajares de la Lampreana, de hecho, fue la encargada de llamar personalmente a los periódicos para desmentir que sus abuelos fueran "gallegos". Así les apodaban en el barrio bilbaíno donde vivieron desde que dejaron la provincia de Zamora y donde han encontrado la muerte a manos, al parecer de dos menores gitanos. Los primeros indicios indican que entraron de madrugada para robar en el piso de Otxarkoaga, barrio que acogió al matrimonio zamorano en los años 60, cuando emigraron para buscar un futuro mejor, construido con mucho trabajo en su tienda de pinturas. Su carácter "amable, los dos interesados por todo, cuando venían preguntaban de todo", los lugareños lloran a una pareja "obrera, trabajadora, que ahora disfrutaba de su jubilación en el pueblo, estaban reformando la casa que compraron", agrega otra vecina.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, advertía ayer ante los periodistas que "quien la hace siempre la paga y deberá responder ante la justicia", mientras que la alcaldesa de Pajares de la Lampreana, Ana Luz Pérez, se pronunció a través de un comunicado de prensa en el que se mostraba "consternada por la noticia". Expresaba "en el nombre del Ayuntamiento, y en el mío propio, mis más sentidas condolencias a la familia de los fallecidos", así como "nuestro apoyo y confianza a las autoridades competentes para esclarecer las causas trágicas de la muerte". El luto se ha instalado en Pajares de la Lampreana, aunque las banderas del Ayuntamiento no ondeen a media asta. Fue el yerno quien encontró los cuerpos sin vida del matrimonio, el de ella en el pasillo, en camisón; el de él, en una habitación, con evidentes signos de violencia. El piso estaba revuelto, los ladrones se llevaron no solo sus propiedades, también sus vidas.