Su objetivo es "pararlo todo". Desde el trabajo hasta el consumo, pasando por las aulas y las casas. No quieren una huelga al uso, sino un parón general de las mujeres que abarque distintas esferas: desde el ámbito laboral, pasando por el estudiantil, el trabajo doméstico y los cuidados, además del consumo. Pese a que la iniciativa se lleva gestando desde el pasado año a instancias de una idea argentina, el movimiento feminista convocaba el pasado fin de semana de forma oficial una huelga de féminas el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a fin de "plantar cara al orden patriarcal".

Un golpe en la mesa para decir "basta" con el que todos los encuestados por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA coinciden: es necesario. Las personas consultadas por este diario se muestran partidarias del "parón" a fin de lograr igualdad entre hombres y mujeres. "La ciudadanía se debe concienciar, no debería haber diferencias ni salariales ni de derechos ni de oportunidades. Veo necesario que la sociedad se conciencie que todos somos iguales y todas las medidas que vayan en favor de eso me parecen positivas", expone Juan Álamo, de treinta años.

"Corren tiempos muy difíciles y en estos temas delicados, todos deberíamos hacer fuerza, no solo las mujeres sino también los hombres", recuerda Yayo Prieto, de 61. "Creo que era Groucho Marx quien decía hace muchos años que vamos hacia una "descivilización", o sea, vamos otra vez a la Prehistoria, en vez de ir hacia adelante parece que vamos hacia atrás", lamenta. A punto de prejubilarse, reconoce haber tenido alguna actitud machista a lo largo de su vida, aunque eso sí, de manera inconsciente.

Rosa Fraile también simpatiza con la causa, aunque recela de su seguimiento al tratarse de una huelga, según sus palabras, "muy completa". Eso sí, reclama una mayor movilización frente a la violencia machista: "Debería haber más huelgas, más manifestaciones y más reivindicaciones", expone. En la misma línea, Sergio, Adri y Yago dudan del impacto de la convocatoria dada su "complejidad", pero defienden el fin: "Ojalá se consiga el objetivo de tener una sociedad igualitaria", expresan. Apenas llegan a los 16 años, pero son conscienctes del cariz machista de la sociedad: "Las mujeres siguen en casa", arguye uno de ellos, al tiempo que añade: "Estudiamos en el Seminario y ahí no aceptan chicas, siempre se lo decimos al profesor y a los curas que hay allí y bueno, siempre nos dicen que no es cosa suya ni que es cosa nuestra pero ahí está, siempre va a estar, no creo que lo cambien y eso es algo muy machista".

Rebeca, Andrea, Jara, María, Marta y Natalia también cursan 3º de la ESO en el Colegio Medalla Milagrosa, y tienen la lección bien aprendida por ejemplo respecto a la brecha salarial: "Lo que nos enseñan por ejemplo en el colegio es que no es justo, tenemos los mismos derechos a cobrar lo mismo y a ser iguales que ellos", señalan.

En este aspecto, Laura Pino, de 24 años, incide en la importancia de la educación en la erradicación de la desigualdad. "Yo creo que viene todo de la educación. Lo que veo importante es empezar desde los niños, que haya igualdad en las clases porque es de donde vienen los problemas. Una vez que consigamos normalizarlo dentro de las clases, se podrá conseguir algo", razona. La joven, estudiante de Educación Infantil, relata con pesadumbre algunas de las actitudes arraigadas en su pueblo natal y lamenta que haya "gente tan cerrada que por mucho que le hagas campañas no va a cambiar de opinión".