La llegada de la línea de alta velocidad a Galicia anunciada para 2019 significará un ahorro considerable del tiempo de viaje entre esa comunidad y la capital de España, cifrado en aproximadamente hora y media. La primera media hora está previsto que se ahorre ya a finales de este mismo año, cuando la línea de alta velocidad recorra los 113 kilómetros que hay entre Zamora capital y Sanabria, concretamente el cambiador de ancho de Pedralba de la Pradería. Los trenes que podrán circular por este trazado son los mismos Alvia que conectan Madrid con Galicia ahora mismo, ya que tras llegar al cambiador de ancho, lo mismo que sucede ahora mismo en la capital, los tres tienen que continuar viaje por la vía convencional existente desde 1957. Las dificultades existentes para que el AVE entre en la capital orensana son las que más quebraderos de cabeza están dando para poder cumplir los plazos, ya que los trece kilómetros entre Taboadela y Orense están aún en proyecto.

Hay que tener en cuenta además que la red interna del AVE gallego no se construyó en ancho internacional, sino en ancho ibérico, aunque eso sí, con unas traviesas que en un futuro permitirán adaptar el ancho de vía a los estándares internacionales. Pero hasta que no esté toda la vía en ancho internacional no será posible que circule entre Madrid y Galicia ningún tren distinto del Alvia, porque es el único que puede adaptarse a ambos anchos. Y el Alvia, aunque se considera un tren de la familia del AVE, no es precisamente de los más rápidos, ya que su velocidad máxima es de 250 kilómetros por hora, mientras otros modelos pueden llegar, al menos teóricamente a los 300 kilómetros hora. Ciertamente lo difícil y costoso es hacer que la vía del AVE atraviese las montañas de Zamora para llegar a Galicia, pero una vez conseguido hará falta otro paso definitivo, que será la adaptación de la red interna del AVE gallego al ancho de vía por el que van a entrar los convoyes desde la meseta.