La plaza de San Antolín quedó pequeña para albergar a los muchos zamoranos que acudieron con sus mascotas, principalmente perros incluso de peluche, para que fueran bendecidas en el día de su patrón. Es el caso de Rebeca Velerdes que un año más llevó a su perrita Cata para seguir con la tradición. Asiduos también con sus canes son los hermanos González de las Heras y por primera vez acudía Valentina Vaquero con su perra Urraca. También debutaba Irene Benéitez que llevaba a su gatita Fabiana. "Me da seguridad que esté bendecida", decía la joven.

Con el santo en el porche de la iglesia de San Antolín, tras recorrer las calles de la Lana unos minutos más tarde de lo previsto porque no había cargadores suficientes, el sacerdote Narciso Jesús Lorenzo Leal recordó los pasajes bíblicos en donde tienen importancia los animales, leyó un fragmento del Génesis y procedió a la bendición animal por animal, sin olvidar agradecer a la cofradía que "continúe con esta expresión de fe pese a los problemas que ha habido para sacar la imagen". A este respecto fuentes de la Cofradía de San Antonio Abad indican que "somos unos 180 cofrades, pero más de la mitad supera los 65 años".

Con las relaciones de Adrián Alejo Calvo de Palacios del Pan, que pese a sus casi 85 años continua dedicando unos versos a su querido san Antón y que reclamó que "el Gobierno mire por esta provincia porque la tiene como ni no estuviera en el mapa", y una versión libre de Manuel Prieto de una canción del Fary y las subastas de productos donados a la Cofradía de San Antonio Abad, que por la mañana tuvo una misa y que cerró la jornada con una sanantonada al igual que los 40 integrantes de la "Cofradía del Cencerro", que desde hace más de 50 años, festejan a san Antón ataviados con la vestimenta de los antiguos tratantes y con su burro.