Una maleta y 2,4 kilos de hachís. Un equipaje sin dueño, valorado en 13.500 euros, casualmente enterrado en el bosque de Valorio. Y desenterrado por quien asegura que solo actuó movido por la curiosidad sobre lo que se podría ocultar en aquella maleta, un impulso que podría conducirle a prisión durante 4 años, ya que resultó ser droga, un "tesoro" valorado en unos 13.000 euros en el mercado si fuera vendida en dosis.

Ni la Policía, ni la Fiscalía ni el juez que investigó el caso a partir del 19 de septiembre de 2016 han creído una versión que no sirvió al acusado, un zamorano de 37 años, de iniciales A.G.L. y toxicómano, para evitar su procesamiento por un delito de tráfico de drogas. La magistrada del Juzgado de lo Penal no pudo conocer los argumentos del vecino de la capital para justificar la procedencia de las 25 tabletas de hachís que se ocultaban en la valija, puesto que el hombre se negó a declarar, tal y como le permite la Ley.

La investigación por tráfico de drogas se inició por la denuncia de vecinos del imputado, quienes comunicaron a la Policía Nacional que se veían plantas en las ventanas de su domicilio que parecían ser de marihuana. Los agentes hicieron una entrada y registro en la vivienda, que permitió localizar cinco plantas de cannabis, que al ser pesadas por los servicios de la Comisaría de Zamora arrojarían un peso de 618 gramos, según la Fiscalía Provincial, que mantuvo ayer la petición de los cuatro años de prisión para el acusado, que el abogado de la defensa, que exige la absolución porque considera nulas las pruebas presentadas, calificó de excesiva la pena de prisión, la misma que el Tribunal Supremo pide por una tonelada de droga. El letrado solicitó al juez, subsidiariamente, si cree que hay pruebas para condenar a su cliente, una pena de dos años de cárcel como máximo, al considerar que no puede aplicarse la agravante de notoria importancia por la cantidad de hachís que se incautó la Policía.

El procesado alegó durante la instrucción y ante la Policía que desconocía de quién era el hachís. Entonces contó que estaba en Valorio cuando vio a dos personas enterrando la maleta, regresó después para desenterrarla y llevársela a casa. Justificaba así que la droga no le pertenecía, al tiempo que negaba que traficara con hachís, delito que se le imputa después de la investigación llevada a cabo desde la Comisaría de Zamora, tras efectuar el registro de su casa.