Las localidades de 101 a mil habitantes son las únicas que ganaron población en el último año, aunque seguramente se deba más a un efecto puramente estadístico, al caer dos grandes pueblos que superaban el millar de almas al grupo de las que no llegan a esa cifra. El análisis del último padrón oficial indica que en los pueblos de menos de 101 habitantes de la provincia de Zamora residen en estos momentos 1.942 personas, mientras un año antes superaban las dos mil (2.101 exactamente). Una de las causas es que el pasado año había 28 municipios de menos de 101 habitantes mientras este hay 27, debido a que Casaseca de Campeán pasa a la categoría superior, entre 101 y 500, porque ganó vecinos.

En localidades de 501 a mil habitantes vivían en 2016 44.760 zamoranos, mientras que ahora mismo son 24 más, es decir, 44.784. Entre las causas está que en este grupo hay 174 pueblos, tres más que un año antes, ya que se incorpora el ya mencionado Casaseca de Campeán y otros dos que caen de entre los núcleos con más de 500 vecinos: Ferreruela que pasa de 504 a 498 y San Pedro de Ceque, de 503 a 484.

También el grupo siguiente, el de las localidades de 501 a mil habitantes gana vecinos al pasar de 20.509 a 21.032. Son 30 pueblos los que pertenecen a este grupo, ya que a pesar de que bajaron Ferreruela y San Pedro de Ceque se incorporaron Morales de Toro (pasó de 1.008 a 987 habitantes) y Santibáñez de Vidriales (de 1.021 a 998), procedentes del grupo de los mayores de mil residentes. Esta ha podido ser, precisamente una de las causas por las cuales los pueblos de este grupo hayan ganado globalmente habitantes.

La consecuencia de lo anterior es que los pueblos de entre mil y dos mil habitantes, que eran 15, se han visto reducidos a 13 y la población que acumulan baja de 19.423 a 17.096 personas.

El resto de tramos de población sólo tienen un representante, y en todos los casos son localidades que pierden efectivos.

Entre 2.001 y 5.000 habitantes sólo está Morales del Vino, que se aleja de los tres mil residentes, al bajar desde los 2.966 a los 2.950 en un año. Hasta el momento era, entre las grandes localidades, la que mejor aguantaba el tirón poblacional, aunque al final también le ha llegado la crisis, de momento en forma de ligera caída, que habrá que esperar a ver si se consolida o si puede remontar a corto o medio plazo.

La evolución de las grandes localidades de la provincia ha tenido un comportamiento totalmente diferente del conjunto de Zamora. Así, mientras la provincia lleva perdiendo población desde hace décadas (desde 1996 ha perdido más de 29.000 empadronados), las grandes poblaciones se beneficiaban del éxodo rural para nutrir sus censos.

Toro perdió mucha población hasta 2002, pero a partir de ese año vivió una etapa de bonanza que se prolongó hasta 2008, con una ganancia constante de población hasta cerca de los diez mil habitantes. A partir de 2008, sin embargo, continuó la línea descendente que parecía detenerse entre 2011 y 2012, pero que a partir de ese año incluso fue más acusada.

La capital ha sido históricamente una localidad receptora de población, y de hecho el declive poblacional de la provincia no se afectaba en absoluto. Prácticamente se estancó entre 2005 y 2007, pero en 2008 daba otro arreón y crecía con fuerza. Fue el último año hasta ahora. Desde ese momento inició una línea descendente de tal forma de que si en 2008 logró los 66.672 habitantes ahora está con 62.289 vecinos. Una caída en picado que incluso se ha pronunciado en los últimos ejercicios.

El caso de Benavente es distinto ya que parece haber aguantado mejor que Toro y Zamora el descenso de población. De hecho, hasta el año 2012 siguió ganando habitantes, hasta acercarse mucho a los ansiados veinte mil. Sin embargo, a partir de esa fecha empezó a perder población y aunque la curva de descenso no es tan acusada con el resto de las ciudades de la provincia, parece consolidada.