"Es muy especial que chicos y chicas de Aliste empleen su tiempo en cosas tan antiguas como nuestro folclore cuando estamos en el siglo XXI, rodeados de tecnologías". Es la opinión de Andrés Castaño, uno de los integrantes de la agrupación folclórica Manteos y monteras. Bastaron cinco villancicos, todos recogidos en la zona, para ofrecer una idea de la riqueza de las tradiciones de una comarca pobre, pero de un rico acervo cultural. Más de un millar de personas han seguido la actuación de la veintena de miembros de la asociación a través de la página del diario en Facebook, con un componente simbólico muy especial. Se trataba de despedir un año mágico para LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, que este 2017 ha cumplido 120 cursos sin faltar a su cita diaria con el periódico, en tres siglos diferentes.

Los integrantes de Manteos y Monteras quisieron, no solo ofrecer unas pinceladas del trabajo que realizan desde el año 2011 -cuando se constituyeron en asociación- sino que también mostraron la originalidad de la indumentaria de Aliste. "Lo más típico de la vestimenta está en la saya de las mujeres y en las camisas, que presentan algunas diferencias entre las que lucen los hombres y las de las mujeres", explica Ludi Domínguez, presidenta de la agrupación. Y así fue como lucieron las chicas sus manteos y, los chicos, las monteras en la cabeza, emblema de la agrupación.

El recital recogió cantos alistanos de diferentes pueblos de Aliste, como lo son los miembros del conjunto. "María, sigue la pluma mía", "Los Reyes" y "Por una montaña oscura", de la localidad de Tola; "Yo vengo del campo", de Pobladura de Aliste y "Tocad el pandero, tocad el rabel", de nuez de Aliste. Un repertorio concreto, suficiente para ofrecer a través de las nuevas tecnologías la alegría de las canciones de Navidad.

Los villancicos son solo una parte de lo que Manteos y monteras hacen a lo largo del año. Porque la etapa más intensa es el verano, cuando la agrupación folclórica se dedica a visitar diferentes pueblos y, sobre todo, a las personas mayores. "Es muy duro decir que en fechas como estas hay muchas personas mayores que están solas", advierte Andrés Castaño. Y ese es uno de los objetivos, llevar esa "alegría" a las personas que no tienen con quien compartir sus emociones, especialmente en estos días.

Muestras de folclore, tanto cantos como bailes, acompañados del tamboril y de la gaita de fole, con especial presencia de temas alistanos, sin renunciar a otros ejemplos de cánticos de la provincia, porque el folklore es precisamente eso, la reinterpretación de una cultura tradicional que es especialmente rica en Zamora y en Castilla y León. Y uno de los aspectos más destacables de la vida de la asociación es, precisamente, su composición. De los 42 miembros -que vienen de cualquier pueblo de Aliste entre la capital y Alcañices- solo una decena son adultos, el resto son jóvenes y adolescentes que han decidido dar parte de su tiempo a mantener viva una antigua ilusión: perpetuar la cultura tradicional. Son el relevo de un trabajo que se viene haciendo desde hace siglos y que hoy tiene el futuro garantizado. También la confección de los trajes tradicionales de Aliste, porque la agrupación se ha encargado de realizar talleres de confección para garantizar también esa parte tan importante de la exhibición del folklore.

Con la actuación de Manteos y monteras finaliza un año cargado de actividades, que ha tenido entre sus más destacadas propuestas la propia muestra "120 años de historia" en la antigua imprenta del periódico y el homenaje "Zamora canta a Joaquín Díaz", que ha puesto el broche a un ejercicio con un epílogo, el de ayer, de sabor alistano y, por ende, muy zamorano.