Su carrera literaria se ha forjado a fuego lento y ahora está comenzando a disfrutar del éxito, para el que no hay secretos "más allá del trabajo duro". El zamorano Alberto Merchán presenta su segunda novela, "El que se miraba los zapatos", respaldado por la editorial Editorum, a la que agradece el apoyo y con la que ya está centrado en su tercera obra.

-¿Cuál es el germen de "El que se miraba sus zapatos", su segunda novela?

-Tras el relativo éxito de la primera, al tratarse de una obra en una editorial independiente, me encargaron un segundo trabajo, pero con la condición de que fuera más ligera, ya que "Vanesamía" tenían una mayor complejidad. Y la verdad es que, por el momento, no tengo ningún problema para crear.

-¿A qué se debía esa complejidad en su primera obra?

-Tenía una estructura muy ágil y dinámica, con temática social y muy coral, ya que estaba llena de personajes, alrededor de los que se trataban temas diversos, con algo de acidez y crítica social. Aproveché cada uno de ellos para reflejar cómo es la sociedad. Siempre desde la ficción, pero plasmando la realidad.

-¿Y qué historia se encontrará el lector en "El que se miraba los zapatos"?

-Es una historia muy femenina a través de tres mujeres, de diferentes edades y clases sociales, que se encuentran en una época de su vida en la que pueden dialogar tranquilamente. Hay una mirada hacia atrás, pero sobre todo hacia el futuro. Se dan cuenta de que el tiempo no está para perderse y deben tomar sus propias decisiones, se apoderan de su propia vida. Desde mi punto de vista de creador, se le da un enfoque muy femenino. Las escritoras femeninas están muy de moda, pero creo que el escritor masculino también puede acercarse a ese universo femenino y romper con las desigualdades absurdas que existen.

-¿Se ha enfrentado de manera diferente a esta segunda obra?

-La primera tenía una estructura y una carga de profundidad mayores. En la segunda es mucho más ligera e incluso irónica. Además, son 500 páginas frente a las casi 300 de "El que se miraba los zapatos".

-¿El lector debía estar más atento en su primer trabajo?

-Era una obra coral con personajes de diferentes cataduras, la vida misma, aunque se trataba de una ficción. Pero es lo que trato de reflejar en todas mis novelas, la vida través de la magia de las palabras.

-Parece que sus novelas gustan más allá de España, porque pronto publicará en Italia.

-Por mi edad, siempre me ha gustado escribir, pero por humildad y honestidad, por tiempo y capacidad, lo hago ahora de cara a lo que es publicar. Ya estoy preparado para contar lo que antes no me atrevía, sobre todo por miedos. Este paso significa que a editores extranjeros mi novela le gusta, porque es internacional, aunque se localice en Madrid o Silicon Valley. El castellano da pie para que mi novela internacionalmente pueda ser apetecible, aunque también a través de las coincidencias de la vida. Ahora mismo estamos trabajando en la traducción, un trabajo complicado, porque hay frases que hay que hacer entendibles en italiano.

-¿Qué ha supuesto estar respaldado desde el principio por una editorial?

-Ahora hay mucha autoedición y parece que publicar es sencillo, todo el mundo lo puede hacer. Creo que, en cierto sentido, me salgo de ese entorno, porque estoy avalado por gente que lleva toda la vida en este mundo, me respalda, teniendo ellos un recorrido previo y ahora cuentan con su sello propio. Así que estoy convencido de que mi literatura tiene un hueco en el mercado porque está avalado por críticos que se dedican a esto y también hace que mi honestidad esté avalada por profesionales que saben qué es publicar. Eso es toda una garantía, aparte de que están arriesgando su propio dinero.

-Parece que se encuentra en plena racha creativa, porque ya está inmerso en su tercera novela.

-Creo que he cogido carrerilla (risas) pero considero que más que eso, evidentemente, hay que tener una intuición o capacidad innata para poder escribir o dedicarse a cualquier actividad artística. Además, si tienes una metodología de trabajo, una constancia, haces que tu capacidad creativa sea mayor. En estos momentos estoy con unos horarios muy concretos, dedico muchas horas al día trabajando delante del ordenador. No quiero perderlo, sino aprovecharlo. Y si tengo la garantía de la editorial, que te pide la tercera obra, mejor que mejor.

-¿Es un afortunado en estos tiempos que corren?

-Mucho y soy muy consciente. Por eso cuido mucho la calidad. El proceso productivo en esos momentos es eficiente, pero trabajo mucho cada frase para que todo sea perfecto. Hay que dar calidad al lector, que se tiene que encontrar con una obra completa.

-¿Qué momento vive el mundo literario en la actualidad?

-Está muy complicado, porque el que se salgan más títulos no significa que se lea más. Es una contradicción, pero estamos resistiendo.