La solución a la actual cronificación de la pobreza pasa por determinados cambios legislativos, según el delegado episcopal de Cáritas. "Hacen falta políticas que favorezcan un empleo realista y de calidad", apunta Antonio Jesús Martín de Lera, quien pone como ejemplo lo conseguido por la propia confederación en Zamora "con un proyecto concreto" como es el de reciclado y venta de ropa de segunda mano, que ha logrado dar empleo fijo a catorce personas.

De hecho, el proyecto está en plena expansión y en breve se instalarán nuevos contenedores para ropa usada en las comarcas de La Guareña y Aliste, algo que ya existe tanto en la capital como en Benavente, Toro, Moraleja del Vino o Villaralbo. "Lo que se ha pretendido es, por un lado, dignificar la venta de ropa para las personas con menos recursos, a través de la tienda El Armario de la Reina, y por otro evitar que los excedentes de ropa acaben en los vertederos. Así también se recicla al tiempo que se crean puestos de trabajo", explica el delegado de Cáritas en Zamora. La agrupación tiene plantas de reciclaje en Bilbao, Barcelona y Valencia, donde se aprovecha todo elemento textil que no está ya disponible para un segundo uso.

La formación también es un área muy importante para esta entidad y por eso apuestan por programas formativos, que abarcan áreas tan diferentes como cocina, monitor de ocio y tiempo libre, auxiliar de pisos, monitor de medio ambiente o manipulador de alimentos frescos. "Estos cursos, junto con la empresa de inserción que pusimos en marcha hace años han logrado que este 2017 140 personas hayan tenido acceso a un puesto de trabajo", valora el responsable de Cáritas.

Renta básica

Además de estas nuevas políticas de empleo, Martín de Lera apuesta también por una reactivación del parque de viviendas sociales y un aumento de la renta básica de ciudadanía "que permita llegar a fin de mes". En este sentido, el delegado de Cáritas explica que aunque el número de personas que se han atendido en el programa de acogida y atención primaria es muy similar al de 2016, con más de 8.000 usuarios, sí se han incrementado las demandas. "Antes nos solicitaban el pago de algún recibo de la luz de forma esporádica, pero ahora pagamos más este tipo de gastos porque cada vez los ingresos de estas familias son menores", pone como ejemplo, asegurando que el problema está en que "cada vez menos personas tienen derecho a prestaciones, la renta garantizada es muy baja y solo hay acceso a trabajos muy precarios", enumera Martín de Lera.

En términos generales, Cáritas Zamora ha atendido en este 2017 a 13.000 personas entre las acciones de las parroquias y en los distintos programas que lleva a cabo y que engloban a mayores, infancia, jóvenes, reclusos y exreclusos, inmigrantes, drogodependientes -donde el programa de prevención Fénix, destinado a adolescentes y jóvenes de entre 11 y 22 años con problemas en el inicio del consumo de drogas, ha tenido una alta demanda- o la casa de acogida para indigentes Madre Bonifacia.