El Plan Especial de Sequía que la Confederación Hidrográfica del Duero acaba de sacar a exposición pública para recoger las sugerencias de los ciudadanos prevé, en el estado de prealerta, la comunicación al Ayuntamiento de Zamora para que valore si activa el Plan de Emergencia (en estos momentos en fase de elaboración) y en fase de alerta, la traída hasta al zona del Bajo Duero de agua "desde otros sistemas siempre y cuando el sistema cedente se encuentra en mejor estado". Esta última medida estaría operativa durante la campaña de riego y se podrá activar en las fases de alerta y emergencia. Se trata de una medida que ya se intentó este año, cuando algunas comunidades de regantes de la cuenca baja del Duero necesitaban un agua que sobraba en el Alto Duero, pero que éstos no soltaron.

En el caso de otra UTE (las unidad territoriales a efectos de escasez de agua en las que se ha dividido la cuenca) que afecta a la provincia, la del Tera (que coge todo el norte provincial, incluido Benavente), las medidas a adoptar en fase de alerta consisten en la modificación de las reglas de explotación entre los embalses de Cernadilla, Valparaíso y Nuestra Señora de Agavanzal, de manera que los volúmenes embalsados sean, al menos, al equivalente a seis meses de abastecimiento humano y tres meses de caudal ecológico mínimo.

La demanda urbana de Zamora capital, para atender a 64.433 habitantes se estima en 7,766 hectómetros cúbicos al año, mientras que las localidades incluidas en Benavente y Los Valles que se surten del Tera, requieren 3,9 hectómetros, para una población estimada de 32.628 habitantes.

En el caso de Zamora capital la Confederación ya está estudiando el Plan de Emergencia ante situaciones de Sequía que se presentó el 17 de octubre, mientras que la estación depuradora de Benavente y Los Valles todavía no ha presentado esta documentación. Todas estas medidas son las específicas, pero hay una batería de actuaciones comunes a todas las zonas para afrontar un eventual escenario de falta de agua como el que nos encontramos en estos momentos, y que pasan tanto por la reducción de la demanda, como en lo posible el aumento de la oferta, las de tipo administrativo y las relacionadas con el medio ambiente, como el nuevo cálculo de los caudales ecológicos de los ríos.

Así, sobre la demanda se prevé un incremento del ahorro, que incluye restricciones del suministro del abastecimiento de los hogares en caso necesario. Prohibir el riego de parques y jardines, zonas verdes y deportivas, públicas y privadas, baldeo de viales o el llenado de piscinas. Otra de las medidas que se contempla es impedir sacar agua, hasta porcentajes del 100%, incluso cuando los particulares tengan una concesión que les da derecho a ello (en este caso no entra el abastecimiento humano).

Está contemplado asimismo poder movilizar recursos extraordinarios en caso de que en algún punto la escasez de agua sea de emergencia y se intensificarán los controles tanto de tipo administrativo como los referidos al medio ambiente.