Los elementos fustigadores son connaturales a todas las mascaradas. Los golpes dados con los diversos instrumentos han sido utilizados, en general, de dos maneras: como propiciadores de la fertilidad o como purificadores. En la provincia de Zamora, dentro de este tipo de instrumentos, se incluyen también aquellos artilugios que son amenazantes (como la "maza" de San Martín de Castañeda), aquellos que se arrojan (paja, ceniza o harina) y aquellos con los que te frotan (corchas, quemadas o anilinas). Y entre los instrumentos fustigadores propiamente dichos se encuentran pelotas en el extremo de una cuerda, fustas, ganchos, tenazas articuladas, trallas o sacudidores, palos, varas de mimbre, zurriagos (colas de vaca o toro), sobeos, castañuelas, vejigas hinchadas de cerdo, tridentes, tornaderas, cachas y colas de trapos. Toda esta información y mucha más aparecerá mañana en el nuevo fascículo coleccionable de Bernardo Brioso titulado "Mascaradas de invierno", que se entregará gratuitamente con cada ejemplar del diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.