La juez ha mandado a prisión provisional, sin fianza, a los dos hombres que atracaron a los dueños del bar Toño, ubicado en Pinilla, para robarles en el interior de su domicilio, situado a unos cien metros del establecimiento, tras abordarles por sorpresa en la puerta de vivienda unifamiliar, con una pistola, a la 1.30 horas del 2 de diciembre, y entrar en la casa con ellos sin dejar de golpearles, según ha podido saber este diario.

En el interior estaba también la hija, a la que agredieron y amenazaron con ir cortando los dedos con un cuchillo, que cogieron de la cocina, según las declaraciones recogidas en la instrucción, si el padre no entregaba más dinero de los 2.000 euros que tenían en la casa. La familia fue amordazada con cinta aislante, que los acusados del intento de robo con violencia usaron también para atarles las manos.

Los dos detenidos pueden enfrentarse a penas de prisión de hasta 5 años por robo en casa habitada, aunque no llegaron a llevarse el dinero y las joyas porque la Policía Nacional pudo detenerles en el mismo domicilio de los propietarios del bar porque un amigo de la familia que se hallaba en el interior con la hija pudo saltar por una ventana sin ser visto por los delincuentes y pedir ayuda en el bar Pinilla del mismo barrio.

Las víctimas describieron ante la juez la extrema agresividad con que les trataron los dos individuos, que no dejaron de propinarles puñetazos y golpes tanto al dueño del bar, al que rompieron la nariz de una patada, como a las dos mujeres, todos ellos con contusiones de diversa consideración, lo que valdrá a los investigados la acusación por tres delitos de lesiones, castigados con penas de tres meses a tres años de prisión. A la hija del matrimonio, que se encontraba en el piso de arriba cuando irrumpieron en la vivienda, los asaltantes la agarraron por los pelos y la arrastraron por las escaleras, además de agredirle una vez en le piso de abajo. Sin embargo, la joven, que sabía que el amigo se había escapado, pudo desatarse y abrir a la Policía Nacional en un descuido de los dos delincuentes, momento en el que uno de ellos le dice al otro, "la hemos cagado, nos han pillado".

Los detenidos opusieron resistencia a la hora de ser arrestados en el interior del inmueble, lo que sería otro delito castigado con hasta un años de cárcel. Al parecer, uno de los agentes sufrió una lesión al tener que reducirles ante la violencia que emplearon para tratar de impedir que les esposaran y se los llevaran a la Comisaría de Zamora, donde permanecieron hasta este lunes, cuando pasaron a disposición judicial.

Un robo para pagar deudas

La policía analiza la pistola para comprobar si se trata de un arma simulada pero manipulada para poder usarla, lo que agravaría los delitos cometidos, o si es de juguete, como aseguraron los dos arrestados, que manifestaron que son drogadictos y que decidieron robar para pagar una deuda que tenían por drogas.

Uno de ellos zamorano, de iniciales R.O.L., es de sobra conocido por la policía, ya que tiene numerosos antecedentes penales por robo con violencia, mientras que el otro, natural de Medina de Campo pero residente en Zamora desde hace un tiempo, tiene amplio historial delictivo.

Vigilancia

Al parecer, los dos investigados llevaban días vigilando los movimientos del matrimonio, sus costumbres, para preparar el atraco en el domicilio. Los vecinos aseguraron que les habían visto días atrás y el mismo día merodeando en el interior de un vehículo por la zona, cerca del bar y de la casa de los hosteleros. De hecho, las víctimas les reconocieron como dos clientes que habían estado comiendo en su establecimiento unos días antes del atraco.