El director del centro de terapias alternativas se mostraba ayer totalmente desconcertado por la denuncia de dos de sus clientas por abuso sexual, sin poder comprender la causa de las graves acusaciones, "sospecho que tenían un dolor interno muy fuerte", alcanzó a justificar. O por "un fin de ambición lucrativa", aunque no descarta que "es un proceso", puesto que una de ellas "recordó abusos sexuales de la infancia, que estaban tapados y salieron a la luz, y a lo mejor se consideró abusada" durante el masaje en el que "se tocan superficialmente las zonas genitales". El imputado recibió la queja de la organizadora del curso de Rebirthing de la Escuela de Leonard Orral al que asistían las dos denunciantes por los supuestos abusos y los negó, al igual que ayer en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.

El imputado, propietario del negocio desde 2001, que puso en marcha en 2006, se enteró de que las dos clientas no estaban conformes con las sesiones recibidas a los dos días de practicarles el "Masaje de la Diosa", lo que achacó a que en la elaboración de la carta astral, de "El Mapa de diseño humano", las clientas llegan a conocer aspectos de su biografía que no recuerdan y que pueden conmocionarlas. Con esa práctica se obtiene "información sobre cómo pueden liberarse y experimentar sus emociones", se localizan los "bloqueos emocionales y corporales", conocimiento esencial para dirigir el masaje posterior y lograr que se suelten. "No es para todo el mundo", declaró ante los magistrados, mientras concretaba que a la denunciante con la que se entrevistó, para aclararle que él no había abusado sexualmente de ella y achacar esa confusión a la agresión que sufrió en la infancia, el masaje "ha cumplido su objetivo".