A los gatos callejeros de Zamora les están aplicando el plan CES, siglas de captura, esterilización y suelta. Desde el pasado miércoles se aplica la medida, puesta en práctica por Defensa Animal Zamora con la ayuda económica, de tres mil euros, del Ayuntamiento. El asunto consiste en capturar a los felinos, bien a mano si se dejan (suelen ser dóciles con las personas que los alimentan), bien con jaulas trampa. Luego se les lleva a una clínica veterinaria, donde se les desparasita por dentro y por fuera y se les esteriliza, tanto a los machos como a las hembras. Y por último, se les restituye a su colonia, con un corte en la punta de la oreja para identificar a los que ya han pasado por el tratamiento y no volver a coger dos veces a un mismo animal.

La idea, explicaron la responsable de Defensa Animal Zamora, Miriam García Martín y los concejales José Carlos Calzada y Romualdo Fernández (entrante y saliente en la responsabilidad de la Salud Pública Municipal) es gestionar las colonias felinas de la ciudad, con el fin de que no crezcan incontroladamente, no produzcan problemas al vecindario y a que a la vez cuenten con unos animales atendidos dentro de lo que cabe. De hecho la idea es también poner comederos en zonas discretas donde los gatitos puedan nutrirse con la asistencia de unos alimentadores autorizados, que se atengan a unas condiciones adecuadas para esta función. Actualmente la ordenanza municipal impide dar de comer a los animales en la vía pública, aunque, como indica Miriam García, es imposible que ninguna normativa haga que las personas de buen corazón alimente "al hambriento". No se tiene noticias de denuncias, pero sí de serias advertencias de la Policía Municipal a alguno de estos alimentadores de gatos que van por libre de que se exponen a una sanción si persisten en su actitud.

El fallecimiento de los dueños, la entrada en alguna residencia o el abandono suelen ser la procedencia de los gatos callejeros, que acaban formando grupos para sobrevivir en distintos puntos de la ciudad (no hay aún un censo del número de colonias). Una supervivencia que no es fácil, como relató Miriam García, ya que las camadas se suceden una tras otra, pero muchos ejemplares no sobreviven y mueren por hambre, frío o atropellos.

Se trata en definitiva de proteger en lo posible a los gatos callejeros, evitar su excesiva proliferación y acabar con las molestias que pueden generar en el vecindario, desde los ruidos hasta los relacionados con la salud pública. Y es que un gato esterilizado evita los maullidos del celo en las hembras o las peleas entre los machos, además de impedir que nazcan más cachorros.

Defensa Animal Zamora también ha pedido al Ayuntamiento que les facilite un solar con el fin de poder trasladar allí a las colonias de gatos que por alguna causa deban de ser reubicadas, como puede suceder con la colonia que está en el antiguo matadero y tendrá que abandonar el lugar cuando empiecen las obras.