El impacto para Zamora de una posible división de la actual autonomía de Castilla y León en dos regiones, la que corresponde al histórico Reino de León (con las tres provincias del oeste) y Castilla (con las otras seis), sería muy beneficioso para Zamora, según opina el doctor en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca, Carlos Javier Salgado, quien ayer tarde pronunció una conferencia en la sede de la Asociación de Vecinos de Carrascal.

La llegada del Lexit, es decir, la separación de las comunidades de León y Castilla "realmente es una cuestión de voluntad política", ya que no existe ningún obstáculo constitucional para que esta nueva configuración llegue a buen fin. "Mañana mismo lo podrían aprobar primero las Cortes y luego en Parlamento introduciendo una disposición en el estatuto. O también se podría meter una disposición adicional en la Constitución". Otra cosa es que, reconoce, para llegar a ese punto haga falta que los dos grandes partidos mayoritarios, tanto PP como PSOE se pusieran de acuerdo para llegar a ese punto, aunque hoy por hoy, ninguno de ellos está por la labor de modificar el actual mapa autonómica. Por tanto, el único factor que podría propiciar un cambio en la situación es "que se movilizara más la gente".

Fuerza

Y es que Carlos Javier Salgado reconoce que en la actualidad no tiene fuerza suficiente el "leonesismo político", sobre todo en Zamora y Salamanca, aunque rechaza que pase lo mismo en la sociedad, donde si aprecia la presencia de "un caldo de cultivo favorable a la separación de León y Castilla". Y cita los datos del último barómetro realizado por los sociólogos de Castilla y León que refleja un importante grado de apoyo a esta idea.

En todo caso, el politólogo no aprecia grandes posibilidades a corto plazo, pero sí a medio plazo, cuando haya un contexto más favorable. Entre otras cosas porque "el conservadurismo social dificulta que haya cambios. Pero creo que con el tiempo León y Castilla se acabarán separando".

Y argumenta que a diferencia de Cataluña, no se trata de que León se independice de España, sino de crear su propia autonomía: "El artículo 2 de la Constitución reconoce el derecho a la autonomía de las regiones, pero no tiene un mecanismo para llevarlo a cabo".

La división de Castilla y León sería para Zamora positiva, ya que nuestra provincia tiene una situación central en la nueva autonomía, "sería la niña de los ojos de la autonomía", con una posición privilegiada en la Ruta de la Plata, eje periférico ahora pero central con la autonomía leonesa, que se podría beneficiar de un mejor reparto de los funcionarios (con el 42% de la población solo tiene el 25% de los funcionarios) y el reparto de fondos europeos para regiones pobres que muchas veces se han ido a las provincia más ricas, como Burgos o Valladolid.