Los datos son demoledores. La provincia de Zamora ha registrado desde enero y hasta la fecha 19 víctimas mortales en accidentes de tráfico, exactamente las mismas que durante todo el año 2016. En ese mismo periodo, las carreteras del territorio han sido escenario de 1.379 siniestros con daños materiales, por los 1.330 del curso pasado; y en cuanto a los accidentes con daños personales, el número alcanza a fecha de hoy los 141, frente a los 106 del cómputo global de los doce meses anteriores. "Las cifras son preocupantes y no podemos hacer otra cosa que trabajar para reducirlas al máximo", ha apuntado el subdelegado del Gobierno Una declaración de intenciones realizada al abrigo del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de los Accidentes de Tráfico que se conmemoró ayer frente a la Jefatura Provincial.

El objetivo último, tal y como ha declarado García Bermejo, es el de reducir antes de 2020 el número de víctimas en accidentes de tráfico a través de diferentes campañas de concienciación encaminadas, por ejemplo, a la disuasión del uso del móvil al volante. Además, la Dirección General de Tráfico tiene en funcionamiento las Unidades de Víctimas de Accidentes de Tráfico creadas en cada una de las jefaturas provinciales de Tráfico de toda España con el objetivo de coordinar una red integral de ámbito nacional, de información y atención a las víctimas de accidentes de tráfico, facilitando el acceso de las víctimas a los recursos existentes, velar por sus derechos y promover la participación de las instituciones y las administraciones locales, autonómicas y nacionales.

Sin obviar la siniestralidad en las vías de alta capacidad, el análisis de los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico evidencia unos altos porcentajes de accidentes en las llamadas vías convencionales (no autovías ni autopistas) y, significativamente, en caminos rurales o vías sin denominación, es decir, el mismo tipo de vía en la que se produjo el último accidente mortal. Así, en los primeros meses del año, los accidentes con víctimas en caminos o vías sin denominación suponen el 27%, casi el doble que la A-52, que con el 14% de los siniestros se sitúa en segundo lugar. Les siguen la A-6 (12%), y tres vías nacionales: N-122 (10%), N-525 (6%) y N-630 (con el 5%). En sentido decreciente se sitúan la A-66 (4%), N-631 (3%) y, todas con el 2%, N-VI, A-62 y N-610. Con porcentajes ya de esta entidad cierran el triste ranking otras vías comarcales, provinciales y locales.

Respecto a los fallecidos en las carreteras, cabe destacar la alta incidencia de los siniestros más graves en las carreteras convencionales, puesto que del análisis de los datos disponibles del último quinquenio (2013-2017), la mayor parte de las víctimas mortales, el 20%, se registró en la N-122, seguida con el 14% de fallecidos por los caminos y vías rurales sin denominación. La A-52 registró en estos cinco años el 8% de las víctimas mortales y la A-6 el 6%. La estadística, por último, se ceba con las personas más jóvenes.