Los vinilos vuelven a hacer ruido. No solo sobre el tocadiscos sino también en el mercado cultural tras su resurgir del ostracismo coleccionista. Desde ayer los audiófilos y nostálgicos tienen una cita "Alta fidelidad, un paseo por la historia del disco vinilo", la nueva exposición (y última del año) de la Biblioteca Pública del Estado.

El coleccionista Pedro Vizcaíno acerca hasta la capital del Duero la "magia de fabricación y de sonidos" asociada al vinilo, caído en desuso tras la irrupción del disco compacto hasta la actualidad, momento en el que vive su segunda juventud. El auge de la tendencia vintage, el declive de los CD o la búsqueda del mejor sonido y sus nuevas formas de consumo son algunos de los factores esgrimidos por la industria para el regreso del vinilo, "el formato favorito del amante de la música", en palabras de Vizcaíno.

Cuestión de moda retro o no, la Biblioteca estatal alberga hasta el 5 de enero una colección retrospectiva que abarca 150 años de historia sobre los discos fonográficos en una muestra integrada por una treintena de paneles informativos y una veintena de reproductores, entre los que destaca una sinfonola francesa de 1966 en la que por uno o cinco francos se podían escuchar éxitos de Queen o Supertramp e incluso temas como "Las flechas del amor" de Karina.

El "paseo", además, hace un recorrido por los materiales empleados en el proceso de elaboración de los discos y otras piezas cedidas por la mítica fábrica holandesa Record Industry, donde se editaron, entre otros, "Thriller" de Michael Jackson y "The dark side of the moon" de Pink Floyd.

Asimismo, la muestra se hace eco de la censura en España durante el aislamiento de la dictadura franquista dedicando un espacio a las originales soluciones adoptadas para encubrir el puño en alto del grupo folk "Aguaviva", una piedra de hachís de "Veneno" o las partes impúdicas de dos angelotes en una portada de Leonard Cohen.

Por último, entre antiguas gramolas y tocadiscos infantiles de maletín, la exposición hace un guiño a Ray Newby, considerado como el primer Disk Jockey de la historia, entendido este como el pionero en "poner música enlatada para una audiencia" a comienzos del siglo XX. La muestra puede ser visitada de lunes a viernes en horario de 10.00 a 21.00 horas y los sábados de 10.00 a 14.00 horas.