El futuro parque dispondrá de un recinto de al menos 100 metros cuadrados que permitirá la instalación de una galería de entrenamiento para situaciones extremas. Allí, los efectivos podrán practicar sobre laberintos, simulación de llamas, ruidos o gritos. Se antoja necesario en el proyecto, además, la existencia de una nave de vehículos con, al menos, nueve puertas para nueve vehículos de gran tonelaje y cinco ligeros, algo impensable en las actuales instalaciones. Deberá ser un espacio porticado con salidas anteriores a la vía pública y posteriores al patio de maniobras, con puertas automáticas con posibilidad de apertura manual. Deberá disponer de extracción de gases con posibilidad de conexión directa a cada vehículo.

El edificio contará, como mínimo, con cinco almacenes diferenciados para distintos usos. Uno para remanente de uniformes, otro para remanente de materiales, un almacén de cuerdas, otro de material de vehículos y un último almacén general para bombas, trajes para intervenciones especiales y cualquier tipo de equipamiento necesario para las labores de los efectivos.