Por otra parte, sobre la Red Transeuropea, el plan podría dar un impulso a la A-11, entre Zamora y Alcañices, con 223 millones de inversión. Y la A-73 entre Quintanaortuño, Montorio, Santa Cruz del Tozo y Pedrosa de Valdelucio, a pesar de que los tres tramos, en los que Fomento dividió la infraestructura, no alcanzan los 100 millones, aunque en conjunto suman 262 millones. Y en este apartado se incluyen tres tramos más que afectan a la provincia, los que conforman el eje entre Palencia y Benavente. Así los 25 kilómetros de Villalpando a Villafrechós requerirán 165 millones, como el tramo de Ampudia a Palencia. A ellos se uniría el de Villafrechós-Ampudia, con 28 kilómetros y una inversión de 182 millones.

Las concesionarias recibirán un canon mensual a lo largo de ese periodo, que dependerá de varios criterios, y no solo del tráfico, como ha sucedido en anteriores concesiones, y que han ocasionado en algunos casos un grave perjuicio para las arcas públicas como ha sido las nueve autopistas de peaje quebradas. El coste para el Estado será de 350 millones anuales a partir de 2021, un 20% del actual presupuesto que Fomento dedica a carreteras. El 20% de cada actuación deberá ser aportado mediante los recursos propios de la compañía adjudicataria. El restante 80% se financiará a partes iguales entre el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y entidades financieras privadas. A ello se suma la posibilidad de captar recursos del Plan de Inversiones para Europa o Plan Juncker. El plan estima que se crearán 189.200 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos a lo largo de esos 30 años, con un retorno fiscal de unos 2.500 millones de euros y se reducirán hasta seis millones de toneladas de emisiones de CO2 al año.