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- ¿Usted sigue levantándose temprano para escribir?

-Sí, pero eso no tiene nada que ver con escribir bien o mal. Levantarse temprano es como una costumbre de labradores, no de escritores necesariamente. Lope de Vega también se levantaba a las cuatro y media o a las cinco de la mañana. Eso se lo he intentado copiar a Lope, lo demás no sé (risas).

- ¿Cuál es su método?

-No distraerme con las tonterías que hay alrededor. La vida está llena de tonterías y un escritor tiene que quitar las tonterías y escribir de lo otro, pero no es fácil. Ese es el método: no caer en las tonterías y preocuparte por aquellas otras cosas que tienen un cierto interés.

- ¿Cómo ha evolucionado su escritura?

-Eso ya es difícil que lo diga yo. De los escritores opinan mejor los profesores, los críticos y la gente que ve sus obras que ellos mismos. Lógicamente es muy difícil ser juez y parte. No soy la persona más indicada pero puedo decir que ni supe más ni pude más hacer en mi vida, he hecho todo lo que he sabido y todo lo que he podido.

- Siempre ha estado en contacto con los jóvenes y con la Universidad. ¿De qué forma ha influido en su vida y en su obra?

-El tema me lleva a don Juan. Don Juan es una obra de jóvenes y los problemas básicos en el teatro son problemas de jóvenes (Hamlet y Julieta), la lucha en "Bajarse al moro", "La estanquera de Vallecas"? son siempre jóvenes buscando ese hueco en un mundo ya cerrado por los mayores en una eterna batalla. Hay que estar en contacto siempre con lo nuevo, con los jóvenes donde brota la vida para que a partir de ahí salgan tus historias. Siempre es más interesante contar historias de jóvenes que de mayores, aunque yo a veces las cuente porque también soy mayor. El contacto con la juventud es el contacto con la fuente de la vida.

- ¿Sigue habiendo teatro independiente?

-Se llame como se llame, los nombres cambian, pero se llama teatro independiente aquel que hacen los jóvenes, los que están empezando, los que no están acoplados de alguna manera a la estructura social, es decir, la gente más inquieta. Esto no quiere decir que sean mejores, quiere decir que cuando tienes veinte años tienes una visión de cambiarlo todo y cuando eres mayor buscas más bien la excelencia. Siempre habrá jóvenes que están tratando de empezar y que van descubriendo el mundo pero no solo en teatro, en todo. Siempre habrá nuevas líneas, nuevos jóvenes, nuevos caminos que vienen a intentar mejorar y cambiar, otra cosa es que lo consigan o no.

- ¿Hay falta de crítica en el nuevo teatro?

-El problema es el talento. Si hay talento, la crítica o no crítica, bueno. Lo malo es si hay solo crítica y no hay talento. Hay escritores que han criticado y han hecho obras buenas. Y hay escritores que han criticado y han hecho obras malas. Depende del talento con el que esté escrita esa crítica. Lo importante del arte no es por qué se ha hecho esa pintura o por qué se ha hecho esa escultura, si se ha hecho una virgen, el diablo o una nube. Lo importante es el nivel artístico. El arte tiene algo parecido al deporte, al final el nivel marca la diferencia entre unas cosas y otras y hay enormes diferencias entre el que se lleva la medalla de oro en la maratón y los que llegan dos horas después. En arte y en deporte una cosa es practicarlo en general y otra cosa es intentar estar en territorios donde el arte pueda ser posible. Lo otro no es arte, lo otro es aprendizaje. Y tanto en los terrenos de aprendizaje como en los terrenos artísticos, puede haber más crítica o menos crítica: al poder, a ti mismo, a las mentiras, al lenguaje? o no, puede haber una reflexión sobre el hecho de vivir. O sea, el arte no tiene unas fronteras claras. Se puede hacer arte sobre cualquier cosa, siempre que sea eso, arte.

- Dentro de ese arte está el teatro. Comentaba en una entrevista que ha ganado mucho? pero no público.

-Público según se mire y desde dónde se mire. En los discursos de los políticos y educadores, hablan de que todo es para todos porque la meta social actual es que todos somos iguales y que todos tenemos derecho. En la realidad, hay algunos que pintan, otros que entienden de pintura y otros muchos que no han entrado jamás a una exposición. Decir que la pintura es para todos es muy fácil. La realidad es que no sé si una gran parte de la sociedad moderna entiende la pintura moderna. Decirlo muy fácil, pero en la realidad, ¿cuántos van a un partido de fútbol y cuántos van a la exposición de arte moderno? La diferencia es abismal. No estoy juzgando, ¿eh? A mí me parece bien el que va al fútbol, tal vez todo no sea para todos o al menos por ahora. La sociedad ideal es una cosa, la sociedad real es otra y en el teatro pasa igual. En ninguna época, ni en la de Lope de Vega ni en ninguna, ha ido todo el mundo al teatro. Mi obra que más ha fracasado la ha visto mucha más gente que la obra que más triunfó de Lope de Vega en su tiempo, mucho más, ya que en aquella época no se hacían tantas representaciones. Pero nunca ha ido todo el mundo al teatro. En todas las sociedades, siempre ha ido un pequeño grupo social que era el que estaba enterado y al que le gustaba el teatro. Hay otros medios de comunicación masivos como la televisión, los bares, Internet, los móviles, el fútbol? y el arte nunca ha sido ni será seguramente para todos. El teatro nunca ha sido un medio de comunicación masivo como la televisión, es imposible. El peor momento de la peor cadena de la televisión lo ve más gente de la que ha visto teatro en toda la vida.

- Este viernes se repitió el lleno de las tres primeras ediciones de microteatro celebradas en Zamora. ¿Qué le parece esta nueva fórmula?

-Bueno, la palabra lleno no quiere decir nada, pueden ser los mismos que van todos los días. Los espectadores de teatro tenemos una cosa muy buena: somos muy fieles. Entonces cuando dices ha habido en Zamora tantas ediciones y ha venido tanta gente y multiplicas, te engañas: ¡son los mismos! Han ido los mismos espectadores todos los días porque les gusta el teatro, que es lógico, y los demás de Zamora -que son una inmensa mayoría- no han ido, ni se han enterado. ¿Pero eso desvalora al teatro? No. Pensar que solo tiene valor las cosas que son para muchos es absurdo. Yo he escrito libros de microteatro. No hay un formato que sea mejor que otro. Una obra de cinco minutos puede ser buena o mala al igual que una obra de tres horas.

- ¿Se ha notado la bajada del IVA cultural?

-El IVA ha mejorado porque es el problema gordo que había y se ha quitado, pero la situación del teatro es siempre difícil porque no coincide lo que se dice con lo que se hace. El problema es que en los discursos se habla de cultura para todos como si fuera pan. Aparte de que la cultura y la educación son una cosa y el arte es otra, cuando se habla de que es para todos, luego no hay presupuestos ni ayudas que correspondan a esa vocación. Lo primero que tienen que hacer es muy sencillo: dar más dinero, al igual que para mejorar las carreteras y que todo.

- ¿Más dinero y mejor repartido?

-Bueno, es que si no hay, no se puede ni repartir. Primero que haya dinero y lo segundo que haya unos planes serios para coger a diez, quince o veinte compañías y dimensionarlas para que puedan dedicarse de verdad, con medios y con tiempo, a buscar el arte.

- ¿Sigue habiendo algún tipo de censura?

-No, la censura es la que sufrimos nosotros en nuestra época. La peor censura para un artista es su limitación de talento o de estar poco formado porque no echa la culpa a limitaciones de dentro y nunca avanza. Un artista tiene que tener: uno, talento; dos, formación adecuada; y tres, medios. Si no tiene esas tres cosas, no va a poder realizar su obra.

- Sus obras han sido representadas infinidad de veces en Zamora. ¿Qué recuerdo guarda de la ciudad?

-Guardo muy buena relación con algunos grupos que han representado mis obras y luego he pasado muchas veces por el Teatro Principal, desde el cual hacen una gran tarea. El Teatro Principal es una isla cultural y artística muy importante en Zamora. Ya son muchos años y por allí hemos pasado muchas compañías y muchos autores. Para mí Zamora es, por encima de todo, el Teatro Principal.

- ¿Próximos proyectos?

-La semana que viene voy a Budapest para los ensayos finales de "Cuadros de humor y amor al fresco" y mientras tanto sigo trabajando en mis escritos, en mis ensayos o mis cosas de teatro. Es algo que me divierte y me apasiona. En algo hay que pasar la vida. Otros la pasan dando discursos en los Parlamentos, como ahora. Cada uno a lo suyo.

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