"Hoy en día se vive un momento en la evolución del pensamiento científico y filosófico muy distinto del siglo XIX donde había gran oposición de ciencia y religión. Hoy día vemos que no, que religión y ciencia cada día convergen más, no para que se imponga la religión sino porque cada vez se hace más viable, más argumentable". Es una de las frases que dijo ayer en Zamora el catedrático Javier Monserrat Puchades, que ofreció dos conferencias en la capital con el título de "Ciencia, religiones y cristianismo", en el inicio de las Jornadas de Otoño de la Fundación Científica de Caja Rural de Zamora.

Si desde antiguo se pensaba que "Dios había creado el universo para imponer la verdad", desde los últimos sesenta años, con los avances de la ciencia "lo que vemos es que Dios ha creado un universo enigmático, que deja al hombre el incertidumbre metafísica".

Monserrat expuso los tres puntos principales en los que la ciencia moderna basa su imagen del universo y que a su juicio contienen argumentos tanto para defender que Dios puede ser un fundamento de ellos como para abogar por lo contrario desde una perspectiva atea. Se treta de el problema cosmológico, si el universo es suficiente en sí mismo para explicar su propia realidad; del problema de la biología del universo, si el cosmos ha producido su propio orden biológico y físico y si éste sale de una inteligencia superior o del azar; y de dónde viene "nuestra capacidad de sentir y pensar", es decir, si Dios "es el origen del psiquismo o es un universo sin Dios".