Aunque Zamora no se ha posicionado oficialmente para acoger empresas, la realidad indica que es muy complicado que alguna de las sociedades que dejan Cataluña opte por establecerse en la provincia. Las cientos de empresas que han dejado las provincias catalanas durante los últimos días lo han hecho ya con destino prefijado y muy pocas han escogido Castilla y León. La mayoría han trasladado sus sedes sociales a Madrid, Valencia, Alicante o Baleares, ciudades que lideran la atracción de empresas en España.

Zamora, como Salamanca o Ávila, cuenta con un importante parque de naves de tamaño medio sin ocupar. Nunca han sido provincias con capacidad de atracción empresarial y las empresas que están ubicadas en ellas son, en la mayoría de los casos, autóctonas de la zona.

No hay datos provinciales de esta estadística, pero hay que destacar que el año pasado unas 4.000 empresas cambiaron su sede social en España. Mientras que Madrid, Andalucía y Baleares lideran las comunidades con saldos positivos, Castilla y León está entre las que más pierden. El año pasado el saldo, según Tribuna de Salamanca, fue de 47 empresas menos, la cuarta comunidad con peor estadística.

Además de perder empresas, la realidad indica que las que se van son más ricas que las que llegan. El año pasado la migración de empresas le costó unos 140 millones de euros a Castilla y León -la diferencia entre lo que facturan las empresas que abandonan la comunidad y las que llegan a ella-. Las que emigran suman una cifra de negocio de 280 millones de euros mientras que las que se instalan suman unos 140, la mitad. Las empresas grandes que se van -caso, por ejemplo, de Interpanel en Zamora-, no encuentran relevo.