Las dos colillas con el ADN de los dos procesados por el robo de 1.000 metros de cable de telefonía entre Villaseco y Muelas del Pan, halladas en los vehículos que abandonaron cuando la Guardia Civil les sorprendió quemando ese material para extraer el cobre, no son prueba suficiente para condenarles, argumenta la Audiencia Provincial. La Fiscalía Provincial exigía dos años de prisión (uno para cada uno de los procesados) y el pago de 8.000 euros por los daños causados a la instalación.

La única prueba indiciaria, los cigarros, que podría enviarles a la cárcel no establece, sin lugar a dudas, que los dos hombres, de nacionalidad rumana, participaran en el robo perpetrado por un grupo de personas que dejó sin teléfono e Internet a los vecinos de esas localidades durante horas. Lo único que podría concluirse de tal prueba es que "esas personas, en algún momento no muy lejano al día en que ocurrieron los hechos, viajaron en los vehículos abandonados y fumaron en ellos un cigarro, más no puede afirmarse".

La sentencia recoge que los procesados, cuyas iniciales son D.A. y I.E.S, "ni fueron descubiertos in situ", en el momento de perpetrar el robo, "ni nadie les llegó a ver materialmente seccionando los cables y apoderándose de los mismos". La Guardia Civil no encontró el material robado en poder de los acusados, lo que impide que los indicios sobre su participación en el robo puedan echar por tierra la presunción de inocencia, como exige la legislación vigente, subraya la sentencia. No puede decirse, pues, que en las noches del 9 al 10 y del 10 al 11 de enero de 2013 escalaran, cortaran y se apropiaran del cable del tendido telefónico en los tramos que fueron expoliados. La Audiencia Provincial, al no existir una prueba directa ni indiciaria que acreditara la participación de los imputados en el robo, se ha visto obligada a absolverles.