Los quehaceres laborales, los momentos festivos y familiares los captó durante años el fotógrafo Otilio Vega. Una pequeña parte de los 450.000 negativos, depositados desde hace años en la Filmoteca de Castilla y León, por primera vez ven la luz en una exposición.

"Otilio Vega. El trabajo en Tierra de Campos" reúne, en una sala de la institución cultural regional con sede en Salamanca, una selección de 86 imágenes que el profesional tomó entre 1952 y 1968. "Son impresionantes por el contenido sociológico y documental porque están presentes muchos oficios que se han perdido con el paso de los años o bien que han cambiado el modo de trabajo", testimonia la directora de la Filmoteca, Maite Conesa, a lo que la sobrina del autor, la fotógrafa Julia Domínguez, añade el detalle de que la gente retratada "está siempre sonriendo".

Con su cámara, Vega capta a gentes sencillas desempeñando las tareas de la labranza, de pastoreo, de elaboración del queso o del pan así como la venta ambulante sin olvidar los talleres del joyero, el coche de la autoescuela o un barrendero del Ayuntamiento de Zamora. También tiene cabida la parte más lúdica de la vida a través de señoras a las puertas de la casa bordando o un grupo de lavanderas, unas imágenes perfectamente documentadas dado que su autor anotaba el motivo, el lugar y el día en que las realizó.

Las instantáneas "transmiten fuerza y cercanía porque él era parte de ellos", subraya Conesa que alude a que el autor era partícipe de "la vida y las celebraciones de las gentes porque era el fotógrafo que estaba en esa zona".

Otilio Vega nació en la localidad de Aspariegos, de donde emigra, y tras desempeñar numerosos oficios, pasa en la Guerra por el penal de San Marcos, donde conoce a un fotógrafo que le hace comenzar a sentir curiosidad por la fotografía. Tanto le atrae la imagen que fija su residencia en León donde aprende a utilizar la cámara de minuto y comienza a familiarizarse con las técnicas de laboratorio. En el año 1942 regresa a su pueblo y se convierte en minutero en los municipios colindantes primero con bici, luego con moto y finalmente en coche, con lo que amplía su radio de trabajo poco a poco hasta Toro. Posteriormente se traslada a Zamora y trabaja como fotógrafo de El Correo de Zamora entre 1959 y 1965, una labor por la que obtiene varios premios como el otorgado por la agencia EFE, mientras que los domingos fotografía en Santa Clara a los paseantes que se lo pedían.

Sobre la calidad de las instantáneas expuestas ahora en la Filmoteca, Julia Domínguez aporta: "Hay algunas maravillosas pero otras no tanto, pero lo que refleja la foto supera la técnica". Esta maestra de taller de grabado y fotógrafa remarca que las imágenes carecen de preparación y están tomadas con una cámara "con una óptica muy limitada". "Mi tío decía que no era un artista y que era su oficio y tenía que hacer lo mejor posible", rememora.

La exposición supone la primera monográfica dedicada a la obra de este profesional de la imagen fallecido en 1988. "El fondo de Otilio Vega es uno de los más importantes de fotografía popular que hay en España y para descubrir como se vivía en España y en Zamora hay que conocerlo", explica la directora de la Filmoteca, Maite Conesa quien con Julia Domínguez pensó primeramente en una gran antología sobre Vega para luego, optar por "los oficios y los trabajos".

"De Otilio Vega se han mostrado pinceladas en exposiciones que tenían que ver con Castilla y León, una muestra en solitario era una asignatura pendiente con él y su familia y con la generosidad de Julia Domínguez", enfatizan desde la Filmoteca.

La exposición cerrará sus puertas a mediados de enero en Salamanca para posteriormente viajar a la provincia de Zamora. Las instantáneas primero podrán descubrirse en la capital para luego, en verano, recorrer los pueblos cuyas gentes inmortalizara décadas atrás este retratista de oficios que plasmó con maestría una sociedad y un modo de vida extinto.