Según lo anunciado, dos veinteañeros encandilan a Amigos del Cante. Y de qué manera. Ante un público entendido, fiel, disciplinado y tremendamente respetuoso con los artistas, los jóvenes gaditanos impartieron saber estar en Zamora. Dio las buenas noches Samuel rememorando la oportunidad que La Peña le concedió cuando tan sólo contaba diez y seis años, y que como ya escribí, tiene perfectamente registrado en su página web.

Abre el chiclanero Serrano por toná, dos grandes. Sale Paco León para continuar por alegrías. Llegados aquí, en su segundo cante, el numeroso público congregado en la sede social de La Peña, estaba claramente rendido ante las bondades de los de La Bahía. Y faltaba lo mejor por llegar. Soleares, La Serneta, El Mellizo, Andonda y, posiblemente, Roesna. No cierra, como suele ser habitual con esta tanda corta de soleares con solearilla, o la de cierre, del marchenero Juanillero. No importa, todo lo demás compensa con creces el hecho. Arrancan por tangos antológicos de Extremadura. Los tangos, como es sobradamente sabido, es uno de los cuatro cantes básicos, son personales y localistas, desde luego no tantos como los fandangos, pero los de Extremadura se llevan la palma, por su amplísima variedad, pero también por su preciosista ejecución flamenca y gitana. De manera justamente resaltable, se han puesto en recirculación a partir de la monumental obra coordinada por nuestro paisano, y fundador de Amigos del cante, Federico Vázquez Esteban.

Continúan por fandangos, dos de El Almendro, en clara versión de Manuel Agujetas y el tercero de Antonio Nuñez Chocolate. Descanso.

Llega el turno del cante de las minas. Taranto, uno sólo, para encarar seguiriyas que, como el resto de los cantes supieron a poco. A muy poco, por la parquedad de coplas ejecutadas y, sobre todo, por la excelente ejecución de los artistas. La primera de Paco La Luz con claras influencias de Tío José de Paula, la segunda de Mairena, con la que cierra. Rematan la gran velada por bulerías, acordándose de Luis de La Pica, Camarón, Antonio Mairena, canción por bulerías, Pastora Imperio, y varias de La Plazuela. Tributado todo ello con aplauso prolongado y público puesto en pié.

Resumiendo, noche fantástica donde las haya. Sobre todo pensando en la proyección de estos artistas de cara a marcar una época en el mundo de lo jondo. De momento presentaron sus credenciales, que no es poco.