El Ayuntamiento de Zamora espera hoy una sesión plenaria de las de "poca chicha", pero que genera expectación tras lo acaecido durante la última reunión de la Corporación Municipal. Aquel día 15 del pasado mes de septiembre, cuando se votaba la Ordenanza de Venta Ambulante elaborada por la Concejalía de Comercio, el PSOE decidió abstenerse como medida de presión en la negociación de las áreas con Izquierda Unida. Una decisión que dio al traste con las aspiraciones de Strieder de aprobar una norma de la que depende el futuro del mercadillo, dado que fue tumbada con los votos en contra de la oposición.

Esta tarde se debatirán en Pleno las bases de las becas de comedor, una serie de modificaciones de crédito y la aprobación de la Cuenta General del ejercicio 2016, el punto más destacado en el orden del día. El PSOE no ha despejado ninguna duda sobre su postura en las votaciones: si votará o no en bloque con IU como equipo de Gobierno u optará nuevamente por presionar en este Pleno extraordinario.

Previamente a esta sesión, que comenzará a las cinco de la tarde en sede municipal, los interlocutores de esta negociación entre IU y PSOE están citados en una nueva reunión para ver si por fin hay acuerdo por el reparto de áreas. A juzgar por la situación y las palabras que Fagúndez pronunciaba ayer, parece que el entendimiento está lejos de llegar, aunque el teniente de alcalde ha advertido: "En ningún caso estamos hablando de que esta negociación ponga en peligro el acuerdo de Gobierno que tenemos con Izquierda Unida". Habrá que esperar, pues, a esta jornada para saber cómo avanza esta crisis en el seno del Ayuntamiento.