No solo fue noche de celebración, sino también de "esperanzas colectivas" y de "sueño común", en los que los zamoranos deben emplearse a fondo, "todos a un tiempo para convertirlos en realidad". La directora de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, Marisol López del Estal, tomaba así la palabra en la gala de los Premios Fundación Científica Caja Rural para representar a los galardonados y lanzar un mensaje de unidad y esperanza ante estos tiempos convulsos y difíciles. Así, apeló anoche al esfuerzo común que permita "convertir los sueños en realidad", un afán al que conducirá el empeño de los zamoranos como tantas otras veces han demostrado para colmar "las esperanzas colectivas".

"Nuestra tenacidad, nuestra capacidad de trabajo y nuestro espíritu de sacrificio nos hacen volar lejos", dan muestras de lo que son capaces los zamoranos, "esa comunidad en apariencia pequeña" pero capaz de afrontar el futuro "que compartimos todos y que, por tanto, estamos obligados a escribir entre todos". López del Estal instó con tales palabras a todos los colectivos, a la sociedad zamorana, a remar en la misma dirección en estos "tiempos de desafío, de vértigo", sin olvidar que "ningún tiempo pasado ofrece más que lo que está por llegar". Ese futuro que "solo depende de nosotros, de nuestras acciones y de nuestras omisiones", apostilló.

La directora de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA parafraseó a Miguel de Unamuno para invitar a soñar a los zamoranos sin dejar de trabajar por hacer realidad esas perspectivas: "El sueño de uno solo es la ilusión, la apariencia; el sueño de dos es ya la verdad, la realidad, ¿qué es el mundo real, sino el sueño que soñamos todos?, el sueño común". Y concluyó, "pongámonos, pues, manos a la obra, todos a un tiempo", para llegar al objetivo común, al progreso.

Ponía así el punto y final a su discurso con el mismo mensaje con el que comenzó, cuando aludió sin mencionarlo expresamente a esas generaciones que tuvieron que irse en tiempos no tan lejanos y a los que se han visto obligados hacer las maletas en estos últimos años de crisis económicas. Y lo hizo cuando advirtió del peligro de volver a recorrer "muchos kilómetros más allá de unas fronteras provinciales que demasiadas veces se identifican con frustración, escasez de oportunidades, con un futuro, cuando menos, incierto".

La máxima responsable del periódico de la provincia, Premio Zamorano del Año de Caja Rural 2017, quiso poner como ejemplo de esa esperanza, de los resultados de la cooperación y el esfuerzo común, al resto de premiados. Ahí está la Cooperativa Covitoro, que "con trabajo, con esfuerzo, superando diferencias y con un objetivo común" ha logrado hacerse un hueco en el mercado. O la Denominación de Origen Toro, nacida hace 30 año al amparo de "la colaboración y el trabajo colectivo, una espoleta para otros muchos colectivos que emprendieron ese camino de la excelencia como garantía" de competitividad en un mercado "cada vez más complejo". Ellos han logrado armarse frente a una realidad comercial "cada vez más compleja y que obliga cada día a ser más atrevido, más valiente, aplicando la regla del trabajo bien hecho".

Los dos galardonados no son los únicos exponentes del espíritu de superación, agregó López del Estal. Las nuevas generaciones están ahí, favorecidas por la alta calidad educativa, "de primera línea" en la provincia, con grandes maestros que han seguido la senda de Claudio Moyano, muchos con una gran implicación que encuentra eco en alumnos de la Universidad Laboral como Sergio Pérez Villar y Enrique Pastor Nogueira, "con talento, capacidad de aprendizaje". Pero, "lo más importante, actitud", es el factor "que les condujo al éxito con mucho trabajo". Y es que "el éxito duradero está al final de un camino duro", como el transitado por los dos premiados más jóvenes, que "demuestran que, en igualdad de condiciones y, a veces, sin ellas", los zamoranos "somos capaces de estar a la altura y superar a países de mayor tradición innovadora, como Alemania o Suecia".

La directora del diario, "altavoz de una sociedad que ha ido cambiando, y con ella crecido, evolucionando con cada tiempo que le ha tocado vivir, testigo de su historia", admitió que ese tipo de noticias son las que "nos gustaría dar a Sergio Martín y a mí, en lugar de atender batallas estériles alejadas de los problemas reales de la gente". El otro distinguido en este certamen, el músico David Rivas, es, a su entender, la "expresión más sensible y delicada de amor a una tierra que anhela una prosperidad que le corresponde por derecho".

Estos referentes locales mantienen viva esa esperanza en un futuro prometedor, al que Zamora no puede renunciar. "Somos un árbol frondoso de viejas raíces asentadas en tierra firme, que se mantiene ante el vendaval, que aguarda, anhelante, la lluvia de la fertilidad, como la ansía el campo reseco y agrietado por la sequía de este año", enfatizó.