era perfectamente previsible. A pesar de la juventud que atesora la de Herrera del Duque, su experiencia y saber estar sobre las tablas la hizo acreedora de una prolongada ovación de despedida por parte del respetable. A ella y al grupo que la acompañaba: el tocaor Francis Pinto y los palmeros Félix Romero y Pilar García. Muy buena actuación, aunque en Zamora un solo artista suele saber a poco.

Abre la niña, de pie sobre el escenario, por trillera y temporera, para dar salida a todo el grupo. Primeros y sonoros aplausos. Siguen por malagueña de La Trini cerrada por verdiales y fandango de Frasquito Yerbagüena. Llega el turno de las soleares, Ribalta, dos de Triana, la segunda recordando a Pepe Marchena, Curro Frijones, Antonio El Portugués y Ramón El Ollero. Continúan por tientos y tangos, como es natural, en estos últimos acordándose de Extremadura. Tanguillos gaditanos de preciosa ejecución. Como ya había dicho, Celia es una maestra consumada por los aires festeros y el público se lo recompensó. El concierto encara su recta final por bulerías, cuplé por bulerías y guiño a Luis de La Pica. Termina la actuación por fandangos. El primero de El Niño Gloria, Manolo Caracol, Manuel Vallejo -fuera de micrófono- y Manuel Torre. Como apunté al principio, aplausos a raudales y deseos de continuidad.

Próxima actuación: Guadiana.