La entrada de Adoración Martín en el grupo municipal socialista y su inclusión en el organigrama de gobierno capitaneado por Francisco Guarido ha provocado las primeras fricciones entre Izquierda Unida y el PSOE desde que decidieran coger juntos el timón del Ayuntamiento de Zamora hace ahora dos años y medio. Lo cierto es que han pasado ya más de dos meses que José Luis Gómez presentara su dimisión como edil de la Corporación y en todo este tiempo el entendimiento ha sido prácticamente imposible entre el bipartito hasta el punto, como se vio ayer, de llevar sus discrepancias al Pleno. Pese a que ninguno de los dos socios ha querido referirse al asunto en público, resulta cuando menos plausible que el PSOE tratara ayer de presionar a IU con su abstención contra los intereses de la Concejalía de Comercio. En Izquierda Unida, no obstante, prefieren no verlo así por el momento. "El equipo de Gobierno está actualmente en negociaciones. La oferta de Izquierda Unida al PSOE está encima de la mesa y seguiremos negociando, pero no vemos que pueda existir un nexo entre esa negociación y votar una ordenanza de venta ambulante en la que, por cierto, veníamos trabajando conjuntamente desde hace meses", declaraba tras el Pleno el portavoz del equipo de Gobierno, Miguel Ángel Viñas. "De hecho, si ha sido así, me parecería un gran error por parte del Partido Socialista", manifestaba el teniente de alcalde.

Las negociaciones, tal y como dice Miguel Ángel Viñas, siguen su curso dentro del equipo de Gobierno. Pero ninguna de las ofertas realizadas por Izquierda Unida parecen ser, por ahora, del agrado del PSOE, que considera que la incorporación de un concejal más a la Alcaldía debe corresponderse con un área para los suyos. El desenlace de esta historia aún está por llegar, pero hasta el momento ya ha dejado la primera muestra de alejamiento entre los socios del bipartito después de la jornada de ayer.