Bajan turbias las aguas por los despachos de la Alcaldía. El PSOE e Izquierda Unida han escenificado en el Pleno celebrado este viernes en el Ayuntamiento de Zamora la crisis de gobierno en la que están inmersos tras la entrada de Adoración Martín como nueva concejala del grupo socialista. Y lo han hecho de cara al público, delante de cámaras y micrófonos. Nada de lavar los trapos sucios en casa.

Se votaba en la jornada de hoy la nueva Ordenanza de Venta Ambulante preparada por el concejal de Comercio, Christoph Strieder. Tras manifestarse contrarios a la norma la concejala no adscrita y los grupos de Ciudadanos y Partido Popular, éste último propuso dejar el asunto sobre la mesa para un futuro Pleno. Intención que no compartía Izquierda Unida.

La propuesta popular se sometió entonces a votación. Y ese fue el momento en que el PSOE decidió presionar a Izquierda Unida para conseguir una concejalía acorde a sus aspiraciones para Adoración Martín. PP, Ciudadanos y Cruz Lucas votaron a favor de dejar el asunto sobre la mesa: once votos. Izquierda Unida votó en contra: ocho votos. Se antojaban necesarios los sufragios de los cuatro socialistas para aprobar la Ordenanza. Pero éstos se abstuvieron.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, salió visiblemente enfadado del Salón de Plenos. En la bancada popular, el sentimiento era el contrario. Y mientras tanto, Antidio Fagúndez, líder de los socialistas en el Ayuntamiento, abandonaba rápidamente la Casa de las Panaderas antes de atender a medios de comunicación.

La brecha entre los socios de gobierno está más abierta que nunca.