Profesiones humildes en un barrio que también lo era. Los represaliados del Olivares se ganaban la vida como albañiles, boteros, zapateros, jornaleros, electricistas, pintores o carpinteros, todos ellos nobles oficios de la España de esa época. El fallecido más joven fue Julio Corredera García, de 16 años, mientras que Manuel Baladrón Casado, con 56 años y jornalero de profesión, cierra la lista en la que se encuentran tan solo una mujer: Inocencia Escribano García, que fue asesinada con 44 años.