Entre un 20 y un 30% de delirium, un 20% cardiacas y un 14% de infecciones respiratorias y urinarias. Son las principales complicaciones que aparecen entre los operados de fractura de cadera, según los datos del primer registro autonómico, cuyos resultados acaban de ver la luz en un artículo científico encabezado por el doctor Muñoz-Pascual, con datos de todos los hospitales de Castilla y León. El objetivo principal del registro, dicen los autores, es analizar las características de los ancianos con fractura de cadera ingresados en los hospitales de la región.

Unos pacientes que "presentan importantes complicaciones médicas junto con un mayor deterioro funcional, lo que les condiciona con relativa frecuencia a un cambio de su domicilio habitual. Así, la gran mayoría de pacientes vivían en su propia casa antes de operarse y un tercio estaba ya en residencias. Pues bien, al alta ascendió hasta un 63% los ancianos que se iban a residencia, lo que supone un 29,4% de nuevas institucionalizaciones. "La escasez de unidades de rehabilitación geriátrica en esta comunidad hace que se utilicen las residencias con el objetivo rehabilitador", aunque no hay datos si la estancia en la residencia es solo temporal o definitiva y si los ancianos logran caminar.

Un 55,6% de los pacientes caminaba solo y un 39,2% con ayuda técnica antes de operarse. Pero cuando reciben el alta su situación ha empeorado y un 39% no camina. En este sentido los autores del trabajo abogan por unidades de recuperación funcional, porque dan buenos resultados en la recuperación "de la función tras una fractura de cadera, ya que previenen en deterioro funcional y el ingreso en residencias, disminuyen la mortalidad y suponen un menor coste que el hospital de agudos.

Cardiopatía, demencia y diabetes son las enfermedades más habituales que padecen los operados de fractura de cadera. El porcentaje de transfusiones de sangre es alto, y afecta a más de la mitad de los pacientes.

Las conclusiones del trabajo indican que la demora quirúrgica desde que el paciente ingresa hasta que se le opera, tiempo que varía de unos hospitales a otros dentro de la región es un factor que influye negativamente en las complicaciones médicas. El motivo de retraso más habitual es la falta de un quirófano.

La estancia global de los pacientes en el hospital para operarse de cadera ronda los diez días, que es inferior a la que se da en otros puntos del país. La aparición de otras enfermedades, complicaciones hospitalarias como infecciones y escaras (úlceras por presión), demora quirúrgica y transfusiones son los factores que están detrás de la prolongación de la estancia en el hospital. "Es precisamente en este perfil de pacientes geriátricos con elevada comorbilidad y alto riesgo de complicaciones, en los que la colaboración ortogeriátrica ha demostrado una reducción de la estancia hospitalaria en numerosos estudios".

La mortalidad intrahospitalaria es del 4,6%, similar a la publicada en otros trabajos españoles. Afecta sobre todo a varones, pacientes que no pudieron ser intervenidos porque presentaban problemas, mayor riesgo en la anestesia y personas que tenían además enfermedad respiratoria o insuficiencia renal.