La obra por excelencia del benaventano Segundo Viloria, el Mercado de Abastos, aspira una vez más a una remodelación limitada a la capacidad de inversión del Ayuntamiento. Su intervención supondrá un antes y un después en una de las joyas arquitectónicas de la capital no solo por su diseño, sino por la reutilización de los materiales y por ser uno de los edificios pioneros en el uso del ladrillo y las estructuras de hierro.

El proyecto remitido al Ministerio de Fomento en torno al inmueble de protección 2 situado en el marco de conjunto histórico artístico de Zamora implica una inversión de 2,9 millones de las que algo más de un millón se costeará con cargo a las arcas municipales. El documento emitido en colaboración con el presidente del Colegio de Arquitectos, Porfirio Domínguez, plantea "la recuperación de la fachada y la fábrica de pieza del zócalo así como de los elementos ornamentales, además de la limpieza de los cuerpos y la rehabilitación del pavimento y la cubierta", explica el concejal de Turismo, Christoph Strieder, consciente de la necesidad también de "mejorar la accesibilidad mediante rampas".

Las acciones concretas implican el desmontaje de la teja cerámica y su reutilización así como la limpieza de la fachada, además del aislamiento térmico de la cubierta, la recuperación de bovedillas y pavimentos, y la restauración tanto de las vidrieras como de la cerrajería. Además de la renovación del alumbrado y la consecución de todas las medidas de accesibilidad necesarias, el proyecto implica una urbanización del entorno urbano que en la actualidad implica "un caos circulatorio entre la parada de autobuses, los aparcamientos y el trasiego continuo de vehículos y peatones", reconoce el equipo de Gobierno municipal. Para ello, el Ayuntamiento eliminará los aparcamientos actuales habilitados en el entorno del Mercado de Abastos y evaluará el uso de los solares colindantes para su adecuación como estacionamientos.

La actuación implica una mejora "económica y social que trasciende el ámbito local", plantean el alcalde, Francisco Guarido, y el edil del área, ya que supone mejoras para el turismo, "con la recuperación del edificio", para la economía, "con la dinamización de la zona centro histórica", y para lo autóctono, "puesto que promueve la venta del producto fresco zamorano", añade Strieder.

La valía del Mercado de Abastos está más que demostrada. Sin embargo, la consecución de fondos permitiría dar un giro a una infraestructura que clama a gritos desde hace años financiación, obras y modernización.