En plena recta final para la conocida "vuelta al cole", la guerra en la venta de libros de texto para la enseñanza obligatoria cobra protagonismo. Fundamentalmente son tres los principales canales de venta: las tradicionales librerías locales, las grandes superficies comerciales y las plataformas online, que especialmente han dado otra vuelta de tuerca al mercado.

Para los libreros zamoranos, a la venta por Internet y las grandes superficies comerciales, se suma un tercer competidor: los colegios concertados que también venden los libros de texto, suponiendo una competencia desleal hacia el sector . Así, son muchos los que hablan de un negocio en el mercado de los libros de texto. "Cada vez son más los negocios que se dedican a ello. Los libreros estamos quedando para una venta absolutamente residual. Ahora casi nos limitamos a vender los cuadernos de ejercicios -que no se dan desde el programa Releo Plus-, los libros de Educación Infantil, y los de 1º y 2º de Primaria, puesto que son libros en los que se escribe y no se pueden reutilizar. Supone que estemos a un 20% de lo que vendíamos en la época en la que todo se adquiría en nuestros negocios", apunta Luis González, propietario de la librería Semuret y presidente de la Asociación de Libreros de Zamora. Por su parte, Pilar García, librera de Milhojas se muestra descontenta porque "el negocio de las librerías -si se puede llamar negocio-, se acaba y, en muchos casos, por la venta indiscriminada de libros de texto en los colegios concertados". En esta línea, asegura que "se debe dar opción a que el ciudadano compre donde quiera. No te pueden obligar a comprar los libros en el propio centro, el ciudadano tiene que poder elegir", señala la responsable de Milhojas, quien tiene claro que "la función de las escuelas tiene que ser enseñar, no vender, que para eso estamos las librerías".

Por otro lado, el programa "Releo Plus", que permite que los libros de texto se traspasen de unos niños a otros en los centros educativos públicos, también perjudica a los comerciantes. Sin embargo, desde Milhojas, aunque valoran positivo que las familias ahorren dinero, consideran discutible la gestión de esta iniciativa: "Antes el Ministerio de Educación dotaba de dinero a los centros educativos y, sinceramente, "poco pastel" se repartía". Mientras que desde Semuret el problema lo encuentran en la desaparición de puestos de trabajo: "Las grandes distribuidoras están desapareciendo y las editoriales están en un pésimo momento puesto que el programa provoca que durante varios años se utilicen los mismos libros y éstas no vendan".

Respecto al futuro de las librerías, los comerciantes son pesimistas. "Se está acabando con este negocio. Vale que salga más barato por Internet, pero después no podemos quejarnos de que en esta ciudad se cierren los negocios y esté acabada si no hacemos nada por ayudar a Zamora", señala Pilar García. Según Luis González, "se están cerrando más de 1.000 establecimientos al año en España, y los que se abren tienen que apoyarse en otras líneas de negocio para poder mantenerse". No obstante, existe un halo de esperanza: "Lo que siempre nos beneficiará y no perderemos nunca es la atención personalizada, tenemos que luchar por fidelizar al cliente".