La ciudad de Zamora podría sufrir restricciones en la presión del agua en el caso de que la sequía que sufre la Cuenca del Duero llegara a niveles de extrema gravedad. El Ayuntamiento de Zamora ha elaborado un plan de acción con medidas drásticas como la prohibición de llenar piscinas o el racionamiento del riego en las zonas verdes. Un paquete de normas básicas que también afectaría a los pueblos a los que se presta suministro, como Morales del Vino y Tardobispo, aunque en este particular la situación tendría que ser de total emergencia. Por ahora, la tesitura hidrológica se encuentra "estable" dentro de la preocupación de la Confederación Hidrográfica del Duero y aplicar estas medidas exigiría que el nivel del caudal fuera, como mínimo, la mitad del actual.

El bajo nivel con el que el río Duero pasa actualmente por la capital, con apenas 30 centímetros de profundidad, se podía vaticinar desde hace meses, cuando la propia Confederación Hidrográfica del Duero comenzaba a aportar datos que hacían prever esta situación. Por esta razón, el pasado junio, el Ayuntamiento de Zamora aprobó con el visto bueno de la CHD un plan contra la sequía que marcaría la hoja de ruta a seguir en el momento en que la situación se volviera insostenible.

Este plan elaborado por el departamento de Medio Ambiente dibuja tres escenarios con diferentes niveles de gravedad de la sequía. En primer lugar se encuentra la situación de "prealerta", a través de la cual se penalizarían los consumos excesivos y se rastrearía todo tipo de regadíos con tomas de agua ilegales que se dan alrededor de la ciudad.

En el segundo estrato se encontraría la situación de "alerta", en la que se daría una atenuación forzada del consumo del agua a través de restricciones en el riego de jardines, llenado de piscinas y baldeo de calles. Además, se podrían registrar disminuciones de la presión nocturna en los hogares y limitaciones de consumo con posibles cortes temporales.

Por último, en el tercer nivel, la situación pasaría a ser de "emergencia". En este caso, se prohibiría totalmente el riego de jardines, praderas y árboles, la limpieza de calles y viales, el llenado de piscinas de uso privado y las fuentes de consumo humano que no dispongan de cierre automático. Igualmente, los ciudadanos se verían afectados por la disminución puntual de la presión del agua y los pueblos del entorno a los que se suministra podrían sufrir más restricciones aún, al darse prioridad a los vecinos de la capital sobre ellos.

Por ahora, el Ayuntamiento de Zamora prefiere ser cauto y no alarmar a la ciudadanía. No obstante, se utilizarán las medidas de este plan en el momento en que sea necesario. A día de hoy, el caudal baja al 15% de su nivel, después de un desembalse que se ha producido en las últimas horas. Sin embargo, durante las últimas semanas la situación ha llegado a límites del 5%, que es una cifra más que preocupante y con la que comenzaría a aplicarse la batería de restricciones.

El alcalde, Francisco Guarido, continúa haciendo un llamamiento al "uso responsable" del agua durante este verano, en el que la capacidad del río Duero no está para hacer despilfarros. "El propio Ayuntamiento lo está haciendo con diferentes medidas de restricción en el riego habitual de parques y jardines con las que se consigue reducir el consumo de agua entre un 40% y un 45%", ha manifestado el regidor de la capital.