El director teatral e intérprete Nemer Salamún regresa este año al Verano Cultural programado desde el Ayuntamiento. En esta ocasión con un montaje que guarda relación con "Las mil y unas noches" y que se estrena este domingo, a las 22.00 horas, en el Castillo.

-El domingo representa por primera vez el espectáculo "El Castillo de las mil y una noches".

-En Occidente se conoce "Las mil y una noches" por algunas de las historias que recoge como Alí Babá o Simbad El Marino, pero hay muchas más narraciones. Las divulgadas, sin duda, son las más atractivas porque haciendo un repaso a este libro tan amplio he descubierto muchas cosas. Si la gente tiene la paciencia de leer el libro, que en árabe sobrepasa el millar de páginas, descubrirá la sociedad antigua árabe tal y como era. En estas historias los tabús asociados al mundo árabe se desmitifican.

- Por lo que dice los cuentos que ha seleccionado son para adultos.

-Sí, "Las mil y unas noches" no son para niños y mi propuesta tampoco lo es. Las narraciones tienen muchos detalles por lo que he optado por acortar cada narración y cuando existe la posibilidad de hacer una referencia a la actualidad, lo haré.

-¿Ha elegido alguna de las historias que rompen con los estereotipos asociados al mundo árabe?

-Acercaré a algunas de las tramas no conocidas por el público para enriquecer el conocimiento de los asistentes. Lo que haré cada noche de los domingos de agosto contará una historia diferente de tal forma que cada actuación será diferente? Incluso puedo dejar el cuento inacabado hasta la siguiente cita para animar a la gente a volver (risas). Uno de los cuentos que seleccionó es muy liberal, habla de lo que no se habla ni en España, de las relaciones sexuales entre lesbianas y gays. Otros expresan deseos humanos como el de tener riquezas.

-¿Por qué el Castillo?

-El Castillo tiene la decoración natural además para ambientar los cuentos el marco de una fortaleza te da ganas de actuar. El Castillo no es muy grande y puede albergar algo más que fiestas de Halloween. La historia es para que la gente la vea. El Castillo no se cuenta, se ve y se hace a través de un espectáculo o un concierto. El Castillo te invita a hacer cosas, tiene una buena acústica y rincones íntimos.

-¿Cómo ha planteado cada pase?

-Nos moveremos por distintos espacios de la fortaleza. No utilizaré una iluminación extra sino que aprovecharemos la luz ya existente. He optado por el movimiento porque siempre he creído en la capacidad del público para adaptarse a las normas del juego que propone el actor.

-Sus normas del juego a veces sorrenden.

-A veces he sido criticado porque interactúo mucho con el público. Yo puedo recibir la crítica de que no he trabajado bien un personaje o el ritmo de la actuación ha sido débil pero por interactuar con el público lo único que puedo decir es que es mi estilo. Una vez me dijeron que no debía hablar de tragedias que se ven en la televisión que el público debía de reírse y pasar un buen rato. En mis espectáculos me gusta desafiarme a mí. No soy políticamente correcto ya la propia sociedad me empuja a decir ciertas cosas cuando estoy interpretando. Zamora necesita que sus responsables y políticos tengan una mente abierta para nuevas creaciones artísticas, como sucede con el director del Museo Etnográfico quien es receptivo a ideas. No hace falta tener un presupuesto muy alto para ofrecer una cultura muy rica y diversa.

-Usted pretende lograr un espacio donde enseñar teatro e impartir comunicación humana creativa ¿cómo va esa búsqueda?

-Me han cerrado todas las administraciones las puertas porque no tienen dinero ni me pueden facilitar algún local. El futuro centro cívico no encaja con mi planteamiento porque un espacio compartido siempre está sujeto a límites aunque entiendo que haya colectivos interesados ​​en contar con su espacio allí cuando lo construyan. Hay que apoyar a los intentos individuales y modestos.