La remodelación del Puente de Piedra podría dar a la ciudad un aire distinto al que nos tiene acostumbrados. Tras reabrir la posibilidad de la reconstrucción de las torres y posibles cambios en el monumento se coloca sobre la mesa el debate en la ciudad.

Las dos torres originarias que daban entrada y salida a la ciudad suponían un elemento del puente no reconocido por muchos zamoranos que encuentran en su remodelación una vuelta al pasado, con el encanto que supone una ciudad medieval. La transformación del Puente de Piedra comenzará poco a poco debido a la casi nula financiación por parte del Estado y la Junta, pero las obras darán comienzo con el arreglo del firme del viaducto junto con sustituir el pavimento actual, algo que muchos encuestados creen que es "lo más primordial ahora mismo del puente".

De las cinco fases para su recuperación integral que tiene el proyecto, la que más impacta a los zamoranos es la apertura de uno de los arcos que hay cerrados en el puente de piedra, en concreto, sería el arco número 16 y que vendría a mantenerse a tono con los demás arcos.

Sin embargo, de todos los encuestados, la mayoría quiere volver al puente del origen. Quizá la oportunidad de ver el puente como era hasta la eliminación de las antiguas torres Peromato y Gobierna que custodiaban la salida y la entrada hasta 1905 les evoca hasta una época con un simbolismo artístico que nunca han descubierto. A pesar de que la ciudad tiene bastantes monumentos importantes y paseos históricos, el conjunto de participantes preguntados creen que el puente de piedra sería el más representativo de la capital, por esto, todo arreglo del conjunto histórico recibe una buena acogida por parte de los zamoranos.

Una de las tres iniciativas para recuperar el estado original pretende edificar las bases de las torres primitivas y construir técnicas modernas que cambien la estructura por una metálica a base de luces y trampantojos que den una imagen actual a la ciudad.

Aunque para gustos los colores, la remodelación del puente a sus orígenes no es santo de devoción para todo el mundo, algunos se encuentran reticentes ante la posibilidad de cambiar algo que "ya no está presente" y encuentran una pérdida de tiempo porque "si se demolió será por algo".

Estudiantes, funcionarios, empresarios y periodistas reconocen la posibilidad de resucitar las torres del puente para volver a encontrarse con las famosas estatuas Peromato y Gobierna que actualmente se encuentran custodiando la ciudad en el puente nuevo a la salida de la ciudad.

Por otra parte, el regreso de la circulación de vehículos no sería algo que agrade a todo el mundo, aunque algunos ven buena la opción por volver al pasado "deberían dejar otra vez que los coches atravesaran el puente, sería como antaño". Aunque muchos de ellos desconocían la idea de las propuestas para la rehabilitación del nuevo puente, de los tres proyectos el boceto primario era el favorito. No obstante, la iniciativa llega en un momento estelar para el turismo en la época estival, alguno de los encuestados cree que deberían "gastarse el dinero en otras propuestas que necesitan más falta".

Además los encuestados encuentran elemental el arreglo del suelo del paseo, que ven demasiado " deteriorado y da sensación de dejadez". Una mezcla de nostalgia y sentimientos encontrados son las dos sensaciones que recogen los zamoranos al mirar las fotografías y ver como era antes y como es ahora, dos puentes distintos, que atraen al espectador y lo sumergen en el pasado. A pesar de las opiniones queda un largo camino por recorrer. El Puente de Piedra queda a expensas de que las posibles ayudas institucionales provengan a la ciudad, algo que no se puede apuntar en el tiempo.

Volver a pasear por los adoquines de antaño, contemplar el río desde el murete y fotografiar las famosas figuras zamoranas que protegían el único puente pueden ser varias de las alternativas que tendrá el nuevo puente del pasado.