El tenor mexicano Héctor Sandoval actúa en la gala de apertura del Festival Internacional de Ópera de Cámara "LittleOpera" esta noche a partir de las 21.30 horas en la plaza de la Catedral junto a las sopranos invitadas Laura Alonso y Conchi Moyano, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León así como por el coro colaborativo "LittleOpera" integrado por más de 80 voces de zamoranos.

-Toda trayectoria tiene sus inicios. ¿Cómo comenzó usted en el mundo de la ópera?

-Siendo muy niño me inicié en el mundo de la música, tocaba el piano. El contacto con la voz lo tuve más tarde, cuando pasé la adolescencia. Siempre tuve mucha facilidad para tocar instrumentos, de hecho aprendí a tocar el acordeón, el contrabajo, la mandolina y la guitarra con mucha rapidez. Formé parte de coros y me daban muchos solos. Llegué al Conservatorio Nacional de Música de México con 14 años por recomendación de amigos de mis padres que les decían que era un niño que tenía muchas facultades musicales. No obstante, para comenzar a estudiar canto de manera oficial tenía que tener los 18 años por lo que no podía acceder.

-Y ¿qué hizo?

-Ante esta situación un profesor me recomendó que realizara otra especialidad musical porque durante cinco años la formación es la misma y que luego me cambiara. Yo accedí a dirección al tocar tantos instrumentos y al saber leer partituras. Además, comencé a tener contacto con gente que cantaba y con los que tocaba el piano. Tuve la suerte de escuchar y conocer a jóvenes que cantaban ópera y se me abrió un mundo nuevo.

-¿Por qué?

-A mí me fascinó el mundo de la ópera por los idiomas, por la complejidad musical, por la puesta en escena... Además tuve la suerte de que un amigo me propusiera acompañarle a una prueba con una nueva profesora y finalmente esa mujer me pidió que cantara una pieza. Cuando concluí la docente me solicitó mi número de matrícula para que comenzara a formarme con ella. Estuve todo un semestre trabajando con ella hasta que le comunicaron que no podía seguir debido a mi edad. Posteriormente durante mi etapa de formación en el conservatorio los maestros me recomendaban cuando faltaba algún papel. Finalmente participé en siete producciones de la Ópera Nacional de México con papeles principales, un trabajo que compaginé con un ensemble de solistas donde entonaba desde canto gregoriano, comedia musical, ópera o zarzuela. En esta etapa vinieron asesores del programa de jóvenes cantantes del Metropolitan Opera House de Nueva York con una producción a México. A uno de ellos les gustó mi voz y me animó a formarme porque aprendía rápido. Cuando salí de mi país lo hice porque quería saber realmente si tenía una voz como para hacer una carrera de primer tenor que es lo que quería. Estando en Nueva York efectué audiciones con los mejores y todos me decían que tenía que formarme por lo que me pensé en Viena como el mejor lugar.

-¿Encontró dificultades para lograrlo?

-Sí porque no conté con ninguna beca del gobierno mexicano. Yo provengo de una familia de clase media y somos once hermanos, por lo que mi padre no tenía la posibilidad de mandarme a estudiar al extranjero. No obstante, todo lo que gané durante el año que trabajé se lo había dado a mi padre para lo que precisara. En el momento en el que surgió la posibilidad de estudiar fuera, él me dio todo ese dinero que yo le había entregado y gracias a su gesto pude. Estaba en el límite económico de poder estudiar pero cuando uno es joven... lo soporta todo. Había estudiado alemán en México pero en Viena hablan un dialecto por lo que no entendía nada...(risas). En cuestión de tres meses me enfrenté a los exámenes de admisión para la Escuela Superior de Música y Arte Dramático de Viena, fue un proceso muy duro que pasé. Desde hace 23 años mi residencia ya está en Viena.

-Su voz es lírica pero se enfrenta con piezas más dramáticas. ¿Por qué?

-Me gustan los retos y este camino ha hecho que desarrollara mi carrera y gracias a esta apuesta he logrado trabajar con los mejores. Yo rompí las normas del desarrollo natural vocal porque me atreví con un repertorio no asociado a mi voz. Se me presentó la oportunidad de crecer profesionalmente y trabajar en Europa, que era lo que deseaba. Este tipo de confrontaciones son las que te hacen ver donde están tus límites, te hacen crecer y establecer el repertorio trabajas mejor.

-Por lo que dice le gusta romper con los encorsetamientos.

-Sí. Yo rompo los esquemas de tener cuidado con el repertorio porque canto piezas que cantan voces más dramáticas que la mía. Me he confrontado con la tradición de la ópera que a veces pesa mucho. Rompo con el conservadurismo de la ópera, con el que lucho constantemente. Debuté en Viena, en Parma y Roma con papeles dramáticos y abrí mi abanico profesional lo que me llevó también a actuar en Tokio o Taipei donde tuvimos que hacer una función extra por demanda del público y de donde he llegado con el tiempo justo para este festival (risas).

-Se considera un hombre al que le gustan los desafíos. ¿Qué le mueve a actuar en el Festival Internacional de Ópera de cámara de Zamora?

-Acepté por la emoción y la implicación de la organización. Vi que era gente innovadora con iniciativas y ganas de hacer cosas. Sé lo que cuesta apostar por estas actividades y por eso quise participar. Ya hemos realizado varios ensayos con la Orquesta Sinfónica de Valladolid y con las sopranos, Laura Alonso y Conchi Moyano. Me he encontrado con grandes profesionales. A mí me interesa dar a conocer este género tan cerrado como es la ópera y creo que este festival es una oportunidad de presentar el género al público de la mejor forma.

-Usted actúa esta noche en la gala inaugural del festival.

-El programa que han seleccionado lo integran las arias más conocidas y las interpretamos a nuestra manera. (Risas) Creo que sería bueno hablar y explicar esta iniciativa tan importante porque casi nadie apuesta por dar a conocer la ópera al público y mostrar el género en el que me especialicé y al que dedico mi vida.

-¿Cómo cree que se puede también aproximar al gran público el canto?

-Hoy en día existen muchas posibilidades para dar a conocer la ópera de una manera didáctica. Ahora funciona mucha el acercar al público a lo que ha querido decir el autor, a lo qué pasa escénicamente...Hay que apoyar esta disposición de tenemos muchos artistas como yo mismo.

-¿Es necesario que el público conozca lo que hay detrás de las bambalinas?

-Sí, sin duda porque también es una preparación y a veces es la parte que más trabajo y lo que es más desconocido. El resultado el público lo escucha, pero detrás hay una sección de vestuario, de maquillaje, unos decorados, unos ensayos... Es un amplio proceso para que la gente entienda las distintas partes, el desarrollo de los papeles o los cambios musicales... en definitiva, la complejidad de la ópera.