Las nuevas corrientes de la enseñanza abogan por una formación más experimental, donde los alumnos muestren lo que han asimilado. Esta filosofía la siguió ayer el tallista José Antonio Pérez, quien, durante unas horas, ejerció como docente de la disciplina de talla en madera para un grupo de alumnos de castellano de la Universidad Estatal de Portland que, desde hace unas semanas, está aprendiendo el idioma y la cultura española. "Nuestra aula está siendo la propia Zamora y sus pueblos; el contacto con su cultura y con sus gentes", enfatiza la profesora de Español y de Humanidades, Laura Mulas, quien no quiso perder la oportunidad de que los jóvenes conocieran a uno de los artesanos vinculados a la Semana Santa.

La formación de los universitarios incluyó una primera parte más teórica con una visita al Museo de Semana Santa, al que la presidenta de la Junta de Cofradías, Isabel García, les dio la bienvenida. Guiados por el tallista los jóvenes conocieron, entre otros aspectos, la transformación que experimenta la ciudad durante los días de la Pasión. Pérez también les habló del origen del centro o la inquietud existente por crear un nuevo museo, para posteriormente centrarse en las mesas procesionales que han marcado la evolución de la talla en Semana Santa de Zamora.

La primera estructura analizada correspondió a La Magdalena. El experto les mostró fotografías de cómo eran las antiguas mesas hasta entonces y les describió el salto que supuso su llegada. "Fue innovadora y resultó clave estilísticamente para los que hemos venido detrás", enfatizó José Antonio Pérez. Una segunda parada la efectuaron ante las mesas de Flagelación y Lavatorio, muy próximas. Ante ellas los estudiantes pudieron comprobar las diferencias y similitudes existentes entre ambas creaciones de Pérez. Una tercera parte la protagonizaron Nazareno y Desnudez, cuyas estructuras marcaron el inicio y el fin de una época creativa en el tallista local que durante once años ha realizado una mesa por anualidad para la Semana Santa de la ciudad.

El taller de José Antonio Pérez albergó la segunda parte de la enseñanza. En este ámbito los jóvenes descubrieron cómo un tallista plantea, diseña y dibuja una mesa e incluso las modificaciones que tiene que hacer tras presentar sus bocetos a las directivas de cofradías y hermandades. Así Pérez les mostró algunos de los bosquejos de trabajos que ha efectuado para luego enseñarles una imagen de la mesa del Nazareno, muy espacial para él, y de la que tuvieron que reproducir, gubia en mano, un fragmento de la onda de pergamino que luego podrán llevarse de recuerdo.

Distribuidos en tres espacios, los estudiantes se enfrentaron a la madera, tras seguir las directrices marcadas por Pérez, quien observaba el desarrollo de la labor de cada uno de los chicos que se enfrentaba a fragmentos de dispar dureza. "Sin duda resulta mucho más complicado de lo que parece. Lo más difícil es no darle con mucha fuerza porque si golpeas fuerte, rompes la madera", aseveró Owgwen Bogard quien intentaba desbastar un trozo de pino en busca de la figura deseada. La misma labor la realizaba muy concentrada Allissa Whiting a quien le ha fascinado "los detalles de cada una de las figuras de los pasos y la belleza de las mesas del Museo de Semana Santa. Sus autores son unos verdaderos artistas".

Un aprendizaje que no se olvida.