Un varón de 81 años y una mujer de 62 son las únicas víctimas mortales atribuibles directamente a la ola de calor de junio, según el informe del Sistema de Vigilancia de la Mortalidad por procesos relacionados con temperaturas elevadas que acaba de facilitar la Dirección General de Salud Pública. Ambos fallecidos en el Complejo Asistencial de Zamora tenían factores de riesgo individual, entre otros enfermedades cardiovasculares y también ambientales y sociales, ya que el hombre realizaba una actividad lúdico deportiva y la mujer una actividad laboral. Los fallecimientos se produjeron en el periodo más caluroso del mes de junio, concretamente los días 13 (el hombre), en una jornada marcada con nivel 1 de riesgo (bajo) y el día 21 (la mujer), con nivel 2 (medio). Los fallecidos presentaron hipertermia (aumento de la temperatura del cuerpo por encima de lo normal), en uno de ellos asociada a deshidración e hiponatremia (baja concentración de sodio en sangre).

Además Sanidad incluye en su informe otro fallecido por calor pero en días previos a la ola de junio, el 23 de mayo, de un hombre de 70 años de Palencia, también mientras hacía deporte.

La Junta de Castilla y León tiene en marcha desde hace años un sistema de vigilancia de la mortalidad por procesos relacionados con temperaturas elevadas, con el fin de medir el impacto de este fenómeno sobre la salud y tomar medidas en caso necesario. El sistema está activo del 1 de junio al 15 de septiembre de cada año.

En un verano extremadamente cálido, como el que se registró el mes de junio y el que viene en los próximos días, este sistema es especialmente relevante. La Dirección General de Salud Pública activó durante 11 jornadas alguno de los niveles de riesgo en la provincia de Zamora. El nivel 3, el más alto, se activó durante la jornada del 14 de junio. El nivel 2, de riesgo medio, se activó durante cinco jornadas y lo mismo ocurrió con el nivel 1 (de riesgo, pero más bajo). En otras provincias, como León, Palencia, Salamanca, Valladolid o Burgos también se activaron niveles de riesgo entre 9 y 15 días.

Además de registrar los casos de muertes atribuibles directamente a las altas temperaturas hay una monitorización de la mortalidad diaria para ver si la situación de calor provoca un aumento de los fallecimientos naturales, aunque no se deban directamente, sino indirectamente, al calor.

En Castilla y León, durante el nivel de alerta 3, del 13 al 22 de junio se detectó entre los mayores de 74 años 120 defunciones en exceso, un 29% más de lo normal. Y entre las mujeres, del 13 al 26 de junio hubo 125 defunciones en exceso, un 33% más de lo normal. Donde más se disparó la mortalidad fue en Ávila (la total, un 65%) y Salamanca y Segovia (mayores de 74 años, respectivamente un 60% y un 123%).