-La parte del antiguo laboratorio de revelado de los negativos y su paso a fotolitos nos retrotrae a la fotografía tangible.

-Es como la caja mágica en la que suceden las cosas incomprensibles. Es una cámara con luz roja, lo que ya de por sí es inquietante, para que no afecta al positivado de los negativos. También está la luz que proyecta la ampliadora, que con un negativo ya revelado, es capaz de imprimir, sin que lo veas, una imagen sobre un papel blanco. Y, cuando lo sacas de ahí y lo llevas al revelador, la imagen comienza a aparecer tenuamente, las caras, los ojos, la indumentaria, los negros y los blancos, hasta convertirse en fotografía. Es inolvidable porque de la nada aparecen imágenes, es lo más parecido a un milagro.

-Se pone cara también al equipo que cada día trabaja en la confección del diario, personas sin identidad para el lector.

-Sí, hay una parte complementaria sobre cómo se hacían las cosas para componer el periódico, que pasa por las invenciones y que rinde un homenaje a quienes lo hacían y lo hacen cada día, los mecánicos, los fotógrafos, los redactores, toda la gente que constituían un equipo esencial en la producción del periódico diario.

-Existe un vídeo para ofrecer un somero recorrido por todos los aspectos de la elaboración del periódico.

-Es un estupendo trabajo para contar cómo eran las cosas y que la gente pueda entenderlo. Es importante mantener todos estos elementos porque mucha gente no sabe el porqué de las cosas y eso tiene mucho que ver con la cultura, con la comprensión de lo que ha sucedido a lo largo de una época. La exposición esta muy bien para comprender todo eso, nada hay mejor que ver para comprender.

-El visitante puede encontrarse con documentos de gran interés, como los resultados de las elecciones de 1931 y de 1933.

-El periódico es uno de los discos duros de la ciudad, en el que se alberga la memoria de su historia y de la provincia de toda una época. Dispone de documentos que tienen un interés relevante, como las cartas de los corresponsales que cuentan lo sucedido en muy pocas líneas. Eran tiempos de economizar, muchas veces se usaba el telegrama, ahora con el Twitter volvemos a esa concepción, perdida cuando escribir era barato y olvidamos que lo importante se dice en muy pocas palabras, que es lo más difícil.

-¿El periódico es algo más que el panfleto, eso que se le llama despectivamente?

-Claro, eso se comprende muy bien cuando analizas la cantidad de documentación existente en un periódico como este, de todo tipo, de sucesos que tuvieron una relevancia, pero que pasado el tiempo tiene mucha más, como la toma del cuartel Viriato, cuando el la ciudadanía se pone de pie por fin en esta ciudad en la que estamos tan acostumbrados a vivir sentados. Constituye un hecho notable en la historia de la ciudad, con elementos también que tienen esa capacidad de seducir, como el candado de la verja que cerraba las cadenas del cuartel que una periodista recoge y se expone también como un elemento de culto, referencial, capaz de hacer rememorar muchas cosas y sensaciones. Esa también es una forma de hacer periodismo.

-Una parte se corresponde con los antiguos teletipos de noticias regionales, nacionales e internacionales que llegaban en papel, el redactor cortaba y seleccionaba manualmente.

-Sí, en un rincón se cuenta la crónica de una noticia a través de esos teletipos. Se ha elegido la muerte de Lady Di, se ve el avance, con el distintivo de "última hora" que anuncia un accidente grave en París y los siguientes teletipos hasta componer todo lo sucedido y dar a conocer que han fallecido la princesa y su amigo Al Fayed. Se elige este hecho por lo conocido del personaje que capta más la atención, pero la intención es contar cómo evoluciona la crónica de una noticia, el proceso, cómo surge, cómo se hace y quiénes la hacen, que es muy importante.

-¿Se rompe el anonimato de forma intencionada de quienes confeccionan ahora el periódico?

-Sí. La gente que lee el periódico nunca ve a las personas que lo hacen, solo algunas más destacadas saben que existen periodistas que preguntan cosas para después contarlas, pero la gente en general no sabe muy bien si se hace aquí o en Singapur. El periódico lo hace gente que todos los días trabaja y tiene el compromiso, muy complicado de cumplir, de todos los días llegar a la meta porque si no llegan, no sale. ¿Qué hay errores?, claro, hay que comprender ese proceso.

-El ritmo al que se trabaja...

-Es un ritmo endiablado. Entrar en una redacción, que yo he tenido la suerte de entrar muchas veces, es entrar en un infierno, en una olla exprés, en la que tus amigos periodistas, que andan por allí, no te saludan, te miran mal, la gente parece que no te quiere, "¿qué hace este aquí molestando?", porque tienen prisa para acabar. Y eso sucede todos los días.

-Las fotografías son otro elemento fundamental de esa crónica, imágenes históricas e inéditas.

-Una exposición tiene que rendir tributo a aquello de que "una imagen vale más que mil palabras". Se trata de contar cómo evoluciona la ciudad y la provincia con las imágenes, con fotos fantásticas del archivo Cirac del siglo XIX; y de Ángel Quintas y su hijo Miguel Ángel, dos fotógrafos extraordinarios, con las que se cuentan hechos como la construcción de los puentes de hierro, como metáfora de la modernidad; el traslado de puertas de la muralla y su destrucción o los últimos edificios construidos.

-¿Qué ha aprendido como comisario de la muestra?

-El archivo fascinante, impresionante, que debe formar parte del patrimonio cultural de esta ciudad, compuesto por fotos, por textos, por documentación correspondiente a acontecimientos de mucho interés. Tiene un valor extraordinario que sería buenísimo ordenarlo para que los investigadores pudieran tener acceso. El propio periódico tiene ahí una oportunidad tremenda de ponerlo en valor y reutilizarlo, que lo hace con especiales en los que tira de su propia memoria, de su hemeroteca.

-Después de esta incursión, ¿qué es el periódico para usted?

-El diario de la ciudad, como los diarios personales en los que alguien va contando lo que le sucede cada día. Y eso tiene un valor incalculable para una ciudad porque ayuda a comprender el porqué de las transformaciones, los errores cometidos, en la propia información también. Ofrece la posibilidad de la autocrítica como método para prosperar y mejorar.

-¿Qué aporta el periódico a sus lectores con esta muestra?

-Intenta aportar ese relato de lo sucedido en los últimos 120 años en los que ha sido uno de los notarios que ha levantado diariamente acta de lo que aquí sucedía en todos los sentidos. Explica que hay un grupo humano que, con errores y aciertos, todos los días hace el trabajo, compuesto no solo por periodistas y directivos, sino por técnicos, mecánicos, fotógrafos, personal de administración y comerciales, la importancia del equipo, y no de tal o cual periodista, sin el que sería imposible que saliera a la calle, no habría periódico.

-¿Cómo explicaría esa relación de amor-odio que existe en la ciudad respecto al periódico?

-El periódico es tan nuestro que nos creemos con el derecho de ser parte de la redacción de la noticia, eso es imposible. Hay un punto narciso también, en el que nos gusta mirarnos desde nuestro perfil preferido, lo que solo es posible si tú te haces un autorretrato; si te lo hace otra persona, a veces no te ves guapo y te enfadas. Además, el fragor de la elaboración de un periódico diario exige que las noticias se lleven a cabo sin la profundidad del análisis necesaria, por lo que se comenten errores inevitablemente y, cuando ocurre, la gente se cabrea.

-¿Los periodistas no son ni héroes ni villanos?

-No, sois currantes que todos los días lleváis a cabo un trabajo bastante difícil, complicado, habláis de los demás y eso comporta que no siempre el aludido se sienta a gusto.

-¿Qué significa el periodismo para usted tras esta aproximación?

-Bueno, es que no solo cuente lo que sucede, sino que haga análisis críticos que nos permitan mejorar las cosas, lo que no siempre sucede, unas veces por prisas y visiones subjetivas, Debe ser un instrumento que contribuya a la prosperidad contando lo que sucede, nos guste más o menos.

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