"No es lo mismo salir del armario en una gran ciudad que hacerlo en un pueblo pequeño como Zamora". Así lo reconoce Ignacio Paredero, presidente de la Federación LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), consciente de que "el ámbito rural es más complicado en el que trabajar". La evolución del colectivo en Zamora, en la misma tendencia que en Castilla y León, transcurre por caminos paralelos y, a la vez, contrapuestos. Por un lado, "ha habido un proceso de mejora de la situación legal y social, porque hay determinadas leyes como el matrimonio igualitario que han supuesto mucho para el colectivo". Sin embargo, "hay una dinámica paralela con un incremento muy considerable del número de agresiones", lamenta.

La raíz de este nuevo tropezón cíclico está "en la crisis económica", ya que provoca "un rechazo y unas frustraciones hacia la diversidad que repercute en los colectivos minoritarios, éste incluido". Esa radiografía que detectan a nivel mundial "se traduce en el aumento de partidos xenófobos por este caldo de cultivo que produce la crisis generando una frustración que puede canalizarse a través de la vía de la ultraderecha".

El incremento de las agresiones al colectivo LTGB está demostrado a través de un informe sobre delitos de odio emitido por el Ministerio del Interior y que refleja un incremento del 36%. En Castilla y León aparecen registrados en el último año cuatro casos de los que uno está adscrito a Zamora. Y todo ello "a pesar de que el 90% de los casos no está reflejado porque no hay denuncia policial", añade Paredero.

El colectivo zamorano y, en general, el de Castilla y León añade a su ristra de obstáculos que "a día de hoy aún no tenemos derechos legales igualitarios, por ejemplo, en temas de reproducción asistida en caso de mujeres lesbianas o bisexuales", expone. Lo mismo ocurre con "el acceso a la atención sanitaria integral, por ejemplo, de los transexuales con las reasignaciones de sexo y otros muchos casos más".

Los hombres y mujeres que integran el colectivo LGTB apuestan también por protocolos para reconocer a los menores transexuales así como un "modus operandi" específico para actuar en casos de acoso por motivos sexuales en las aulas. Además, "es necesario formación en la diversidad sexual en los centros escolares e implantar asignaturas optativas para abordar los derechos humanos y la educación sexual en todos sus aspectos, no solo en lo relativo a la homosexualidad o la transexualidad".

Sobre la marcha del orgullo gay, el representante del colectivo en Castilla y León plantea que "es una fiesta reivindicativa, nuestra manera de decir que estamos aquí y que existimos tras días de silencio y de armarios". Apunta que "es necesario que haya la mayor visibilidad posible y tiene un matiz de libertad de expresión y de alegría frente al miedo que no podemos perder".