La transparencia de las administraciones permite mejorar la calidad democrática, es "la mejor de las medicinas" para combatir la contaminación de los casos de corrupción, explica el presidente de la Fundación Democracia y Gobierno Local, Ramón Camp i Batalla, en Zamora dentro de la Jornada sobre Transparencia organizada por la Diputación Provincial.

-Quince años después del nacimiento de la Fundación Democracia y Gobierno Local que preside y agrupa 25 diputaciones el debate sobre si son instituciones anacrónicas o necesarias.

-Estos gobiernos intermedios son necesarios, básicos, porque, la inmensa mayoría de los más de 9.000 municipios que tiene España son pequeños, con una dificultad enorme para tener una administración propia suficiente como para dar a los ciudadanos los servicios que requieren para que haya una igualdad. Si no existen se produce una quiebra en la prestación de servicios. Esto también en Francia, en Italia, en Alemania.

-Se debate sobre modos alternativos de gestión de servicios, como consorcios, mancomunidades para que los ayuntamientos puedan ser más autónomos y decidir dónde quieren invertir, sin depender tanto del reparto de fondos de las diputaciones.

-Bueno, solo una parte de fondos, pero los municipios reciben financiación directa. Se marcan límites en la Ley de Estabilidad Presupuestaria para crear consorcios y otras entidades porque se ha generado mucha administración complementaria y ahí se pierde control económico y político, que sí existe en ayuntamientos y en diputaciones, donde hay mecanismos de control, hay un voto.

-¿Es necesaria una reestructuración del funcionamiento de las diputaciones?

-Sí, las diputaciones tienen que avanzar, es evidente, incluso también en cuanto a su representación democrática, hay quien plantea una elección directa, es un tema que está sobre la mesa. Tienen que hacer un avance importante en cuanto a transparencia y a representatividad para poder ayudar en lo máximo posible a las entidades locales para asegurar unos servicios al ciudadano parejos a los de las capitales.

-No deja de haber una crítica sobre el hecho de que los partidos que gobiernan en estas instituciones lo hacen a favor de los alcaldes de su mismo partido en detrimento del resto. ¿Habría que establecer algún tipo de mecanismo que lo impida?

-Yo no entro en eso porque tampoco lo sé, pero, como en todas las cosas, se puede hacer bien o mal. Gobernar desde una institución es hacerlo para el conjunto de las entidades de un territorio y has de responder a parámetros de objetividad cuando distribuyes recursos, con criterios públicos. Todo se puede hacer bien o mal, esperemos que se hagan bien.

-¿Qué herramientas existen para que la transparencia pueda llegar al ciudadano?

-La Ley de Transparencia de 2013 permite el acceso de cualquier persona física o jurídica a la información de la Administración por el derecho a saber, lo que le permite evaluar y formarse una opinión para ver la eficacia y la eficiencia del gobierno y hacer con su voto lo que quiera o realizar una propuesta. Hay páginas webs de administraciones o mecanismos de acceso a la información. Se busca mejorar la calidad democrática y aumentar la cuota de confianza de los ciudadanos con las instituciones. El responsable local es el más interesado en que el ciudadano sepa.

-Con todos los casos de corrupción política, relacionados con la gestión de las administraciones públicas, la transparencia parece estar en cuestión.

-Un caso de esos supone un factor de contaminación para el conjunto de las administraciones y la mejor de las medicinas es la transparencia. Estamos entrando en una era en la que, en la Administración pública, ese derecho a saber del ciudadano se va a imponer como elemento necesario para poder evaluar la eficacia de las instituciones y la bondad de las políticas públicas.

-La desconfianza del ciudadano es absoluta porque los casos de corrupción nacen de las propias instituciones públicas, ¿cómo va a fiarse de sus gobernantes si ve que muchos se han llevado millonadas?

-Por eso es más necesario acentuar la transparencia para volver a esa confianza que ha quedado cuestionada en algunos casos. Hay un interés en avanzar en ese sentido.

-¿Hay una tarea por hacer para educar al ciudadano para que ejercite ese derecho a saber a dónde va su dinero, en qué inversiones públicas?

-Sí, este es un paradigma nuevo que tiene que ir aterrizando, esta praxis necesita un tiempo, está en fase de expansión. En un primer estadio las consultas se centraron mucho en saber qué cobra este y el otro, ahora en asuntos concretos.

-¿El político necesita todavía concienciarse de que lo público es público, no de quien se sienta en el despacho?

-Creo que, en líneas generales, al representante público le interesa y es consciente de que cuanto más pueda informar al ciudadano, menos presión tiene por las dudas que puedan existir sobre su gestión.

-En España el caciquismo, el "yo gobierno, yo ordeno y mando" sigue existiendo, quizás porque la praxis democrática es muy reciente.

-Celebramos el 40 aniversario de las elecciones democráticas, este país ha cambiado, hay una exigencia que conlleva el propio sistema democrático, todo se puede perfeccionar en la vida, por supuesto, por eso hay una Ley de Transparencia.

-En Castilla y León estamos todavía tratando de reorganizar este territorio, los pueblos no quieren perder su identidad, ¿cómo cree que se podría solventar?

-Sería muy osado si quisiera dar una fórmula, me reafirmo en la necesidad de que haya gobiernos intermedios (diputaciones) porque es la forma de dar sentido y racionalidad a una posible reforma del mapa municipal, no para anular nada, sino para asegurar y dar tranquilidad al ciudadano sobre que tendrá asegurados unos servicios básicos.

-Estamos en la era de "quiero participar, decidir", ¿debería avanzarse en ese sentido?

-Estas leyes de Buen Gobierno y Participación Ciudadana prevén mecanismos, se ha avanzado mucho y seguirá, las leyes los contemplan cada vez más.

-¿Los políticos tienen que perder el miedo a consultar con la ciudadanía porque cada vez que se habla de consulta parece que el sistema tiembla?

-No creo que tenga demasiado miedo, al contrario, hay ayuntamientos que plantean consultas para ver qué opinión tiene la gente en temas sensibles. La sociedad está avanzando hacia nuevos caminos de participación, se va reflejando en la norma.